La desesperación o la mala fe —o ambas cosas— del gobierno de Felipe
Calderón Hinojosa ante la inminencia de los comicios para elegir al próximo
presidente de México y la debacle de la candidata oficial, la panista Josefina
Vázquez Mota, hicieron cometer una nueva pifia a la Secretaría de Marina al
aprehender y presentar públicamente, con el despliegue mediático acostumbrado,
al “presunto” hijo del Chapo Guzmán, decía una parte del comunicado oficial aunque
en otra, afirmaba que el arraigado, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, era la
persona de tal parentesco, a quien acusó de ser el coordinador de los cargamentos
de cocaína y heroína del cártel de Sinaloa que lidera su padre hacia Estados
Unidos, tras la acostumbrada siembra de armamento de alto poder, parque y fajos
de billetes.
Ni una cosa ni la otra; un vil fraude informativo presuntamente con el
fin de dirigir la opinión pública a favor del PAN cuando más lo necesita. Menos
de 24 horas les duró el teatro. El inculpado resulta ser Félix Beltrán León y
su hermano Kevin Daniel Beltrán Ríos, acusados a su vez, de delincuencia
organizada, lavado
de dinero, posesión de armas de fuego de uso exclusivo del
Ejército y delitos electorales, por lo que fueron arraigados por 40 días
después de los cuales ni siquiera les dirán “usté” disculpe.
¿Por qué la Secretaría de Marina
presentó mediáticamente al “presunto” hijo del Chapo antes de comprobar
genéticamente su identidad? ¿Se trataba de provocar una reacción del crimen
organizado de tal magnitud que incendiara al país y sirviera de pretexto para
suspender los comicios del 1 de julio? ¿Por qué la DEA, la Embajada de Estados
Unidos y la Secretaría de Marina, se tiran la bolita de la tremenda pifia? ¿Por
qué Felipe Calderón guarda silencio?
En esta semana vence el término del arraigo de militares de alto rango
encabezado por el general en retiro Tomás Ángeles Dauahare, cercano al priista
Enrique Peña Nieto, que es otro elemento de sospechosismo electoral. ¿Qué va a
pasar? ¿Prologarán el arraigo o le dirán el consabido “usté” dispense? ¿Y…?
Esta semana están por acontecer eventos previos a las elecciones del 1 de
julio que serán definitorios: Ante la evidente caída de Josefina, Felipe
Calderón, Vicente Fox y poderes fácticos que los acompañan han arriado banderas
en favor de Peña Nieto con quien han negociado impunidad a cambio del voto panista. ¿En qué momento va a declinar
Josefina Vázquez Mota?
El viejo sistema del PRI, es decir el de siempre, en contubernio con el
IFE y con el gobierno calderonista tiene todo en su mano para consumar un nuevo
fraude electoral, desde las confusas boletas y la falta de información para
emitir el voto correctamente sin riesgo de que sea anulado o “mal
interpretado”, la duplicidad de boletas electorales, el voto en el extranjero
que nadie sabe ni cómo ni quién lo controla confiablemente, hasta el
apuntalamiento mediático de Televisa y Tv Azteca, “agradecidas” por el
monopolio concedido de la telefonía móvil.
Elba Esther espera el momento oportuno para ordenar a Quadri la
declinación también a favor de Peña Nieto con quien el asunto está arreglado.
¿En qué dirección moverán estos vientos el estado de ánimo de Andrés
Manuel López Obrador? ¿Amoroso o beligerante?
Estas serán las elecciones en la historia de México, más vigiladas y
observadas por propios y extranjeros. Esperamos que valga la pena. Que el
riesgo del fraude electoral —que es muy amplio— se imposibilite verdaderamente
por la participación ciudadana incluyendo al Movimiento #YoSoy132.
Corresponde a usted, a mí y a cada uno de los votantes, emitir el voto
responsable. Analizar y razonar ¿qué nos dejó el PRI con más de 70 años de
“dictadura perfecta”? ¿Querer vivirla otra vez? ¿Qué nos deja el PAN con 12
años de hecatombe? ¿Darle oportunidad a Andrés Manuel para ver si de veras es
el bueno? ¿Anular el voto? ¿No acudir a votar? Es lo menos apropiado porque nos
priva del derecho de reclamar aquello con lo que no estamos de acuerdo.
¡Por su voto razonado!
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