lunes, 27 de septiembre de 2010

EL GRITO DE DOLOR...ES

Recientemente me permití enviar este video a los amigos del blog. Por algunas circunstancias del sistema no en todas las computadoras fue posible abrirlo, sin embargo, considerando su importancia nuevamente me permito reenviarlo a través de Youtube dando clic en la siguiente liga:

http://www.youtube.com/watch?v=S3xCYO_kJ-w

Muchas gracias

¿DE QUÉ SE TRATA?

Reynaldo Mota Molina

¿Qué intenciones oculta el Partido Acción Nacional (PAN) más allá de lo que puede interpretarse como ignorancia, desinterés por los valores patrios, soberbia, incluso más allá de la estupidez, al tratar de desorientar y de confundir a la sociedad con acciones que son afrenta para nuestra historia y para los próceres que ofrendaron su vida en aras de una vida social más justa?

Como es sabido, con motivo del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución se instalaron en diversos puntos de la ciudad de Querétaro, cuyo municipio es gobernado por Acción Nacional, una especie de gallardetes con las figuras de los principales héroes que participaron en las epopeyas que hicieron posible el país que hoy tenemos pese a todas las deficiencias e injusticias que no acaban de resolverse, con el fin de honrar su memoria y exaltar su figura.

Entre los personajes honrados de esta forma, incluyeron a Porfirio Díaz, es decir, el mismo en contra del cual se levantó el movimiento revolucionario en 1910, precisamente por la injusticia social y la desigualdad económica que prevalecía en los interminables regímenes de su gobierno dictatorial.

Victoriano Huerta es otro de los personajes honrados por los panistas. Sus méritos son haber dado un golpe de estado al gobierno de Francisco I. Madero, el triunfo de la revolución que había propiciado la renuncia de Porfirio Díaz. Lo encarceló y lo asesinó junto con el vicepresidente José María Pino Suárez; usurpó la presidencia y fue traidor al gobierno maderista que lo había hecho jefe militar y al Estado mexicano.

En plena culminación de los “festejos” bicentenarios el gobierno federal encabezado por Felipe Calderón, panista naturalmente, exalta la figura de otro traidor: Benjamín Argumedo, que junto con Pascual Orozco habían luchado como antirreleccionistas; después combatió contra Francisco Villa y contra Venustiano Carranza, se unió a las fuerzas del usurpador Victoriano Huerta y contra Francisco I. Madero cuando era presidente de México. Finalmente fue fusilado por Carranza por traidor.

Con estos merecimientos los panistas levantan un colosal monumento de 20 metros de altura, presunta y ocultamente en su honor, como culminación del desfile festivo en pleno zócalo de la ciudad de México, frente al Palacio Nacional. Después tuvieron que recular —como siempre ante el exceso— ante la crítica y el reclamo de historiadores y analistas, cayendo en explicaciones por demás idiotas: que si era gente del pueblo, que si Vicente Fernández, etcétera, pero con un parecido inocultable y sospechoso con Argumedo.

Desde la época nefasta de Vicente Fox, desde luego panista, éste eliminó de los libros de texto elementos fundamentales de la historia prehispánica que nos han dado cultura e identidad incidiendo, consecuentemente, en que las nuevas generaciones desconocen e ignoran signos patrios elementales de la mexicanidad.

Felipe Calderón también ha eliminado elementos, personajes, materias educativas de los libros de texto sin ninguna justificación válida para el desarrollo cognitivo de los niños que repercuten en una educación más mediocre, incompleta y deformativa, tanto de los valores cívicos como del conocimiento en general, y de la historia de México.

Sistemáticamente los panistas están socavando el concepto educativo y patrio, ¿por qué? ¿Qué ocultos fines siniestros persigue todo esto? Decimos siniestros porque supuestamente detrás está la mano del Yunque, la organización secreta de la extrema derecha que es uno de los poderes fácticos del gobierno de Felipe Calderón, y que lo utiliza para acrecentar sus planes de dominio religioso y poder supremo.

¿Se trata acaso de un plan maquiavélico para coartar la educación y conformar una masa ignorante y sumisa fácilmente moldeable para los intereses de los poderosos?
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domingo, 19 de septiembre de 2010

¿QUÉ VA A PASAR?

Reynaldo Mota Molina

Puede uno imaginarse la cantidad de información que el narcotraficante Edgar Valdez Villarreal, La Barbie, según las instituciones policíacas el más sanguinario de los capos, pueda haber suministrado a las autoridades mexicanas a cambio de conservar la vida aquí y en Estados Unidos, que había puesto a su cabeza el precio de 5 millones dólares de recompensa, y aquí fue aprehendido en una operación “inmaculada” de la Policía Federal (PF) sin disparar un solo tiro ni derramar una gota de sangre… paradójico, ¿no?

El caso es que, es ampliamente conocido que a Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, le encantan los montajes mediáticos y este es un escenario ideal para su recreación y todo el dispositivo de la policía a su cargo realizó el operativo como verdaderos artistas incluyendo el estelar de la sonriente Barbie; sólo faltaron las vedettes que enmarcaran el cuadro al estilo Televisa… ¿se le habrá pasado?

Se imagina usted lo que es tener información detallada —que tal vez no precisa, pero detallada al fin— de los diferentes cárteles en los que participó desde hace alrededor de veinte años; su organización, estructura, conexiones, contactos, rutas de traslado dentro y fuera del país, trasiego, distribución, infiltración entre las autoridades federales, estatales y municipales, para lo que era especialmente hábil, en los que se distinguió como sicario, como corruptor y como organizador de las redes de espías llamados Los Halcones en Tamaulipas para el cártel del Golfo de los hermanos Beltrán Leyva, con tan buenos resultados delictivos, que llamó la atención de Joaquín El Chapo Guzmán con quien repitió el esquema en Nuevo León y Guerrero creando el comando de Los Negros y luego Los Chapos. Al momento de su aprehensión su carrera criminal se encontraba en pleno ascenso y con la posibilidad de integrar su propio cártel. El testimonio debe ser valiosísimo.

¿Qué va a pasar? ¿La información recibida por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) será aprovechada para capturar a otros peligrosos delincuentes? ¿Para desarticular cuando menos algunos de los poderosos cárteles que hoy dominan gran parte del territorio nacional? ¿Para abatir su estructura operativa y sanguinaria que tiene aterrorizada a la población, en virtud de que la súper estructura financiera, económica y de bienes sigue intocada por el gobierno de Felipe Calderón, cuyos discursos ni aire les hace? ¿Será explotada al máximo para disminuir el cáncer criminal que corroe al país y reducir la inseguridad y ser congruentes con el discurso oficial?

¿O servirá para reforzar las barreras de impunidad que protegen a los más altos funcionarios del poder Ejecutivo, del Judicial y del Legislativo, de los tres niveles de gobierno?, porque con tal información en sus manos seguramente hay demasiados salpicados y todos querrán protegerse mejor. ¿O simplemente, no pasará nada?

En Estados Unidos deben estar también nerviosos y ansiosos de que la famosa Barbie esté con ellos para lo cual no pasará mucho tiempo y tal vez, entonces, nos enteremos de algo más, y más quizá, veamos algunos resultados tangibles.

Mientras tanto, Felipe Calderón se ofende porque Hillary Clinton, jefa del Departamento de Estado estadounidense, ubica al México de hoy como Colombia de hace veinte años…, y la verdad se quedó corta; la regresión del país se remonta hasta 1913 cuando Victoriano Huerta usurpó el poder…

Que las afirmaciones de Hillary “dañan terriblemente la imagen de México” reclama Calderón. Y qué ha hecho él desde el 2006, sino dañar terriblemente la imagen de México, y no solamente la imagen, sino a todos sus habitantes.

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domingo, 12 de septiembre de 2010

¿SOMOS VERDADERAMENTE LIBRES?

Reynaldo Mota Molina

¿Somos verdaderamente libres? ¿De veras nos hemos desprendido del yugo extranjero? ¿En verdad somos un país soberano, es decir, que posee y ejerce la autoridad suprema e independiente de su destino? ¿No? Entonces, ¿por qué tanta faramalla y dispendio de los recursos públicos para una “celebración” desabrida, mediática y forzada con la que el gobierno de Felipe Calderón pretende darnos más atole con el dedo con el pretexto del bicentenario de la Independencia de México?

Para los próceres de aquella epopeya —cada día más demeritados y exhibidos por consigna oficial— y para todos cuantos ofrendaron su vida creyendo en forma genuina en un ideal libertario resulta, la situación que hoy vive el país, una verdadera afrenta y motivo inútil de su ofrenda. Los políticos, desde entonces, se han encargado de mancillar lo que de noble pudo tener la lucha intestina independentista bajo el lema “mueran los gachupines”.

Con el centenario de la Revolución sucede lo mismo. La injusticia social ¿se ha reivindicado? ¿La desigualdad económica tiene mejor equilibrio que hace cien años? ¿El “supremo gobierno” es ahora democrático verdaderamente? “La bola” campesina que se convirtió en ideal de justicia social con la Revolución mexicana bajo la esperanza de “tierra y libertad” fue nuevamente una feroz lucha fratricida de la que los políticos, una vez más, sacaron todo el provecho para perpetuarse en el poder y mantener sometido, de mil maneras, al pueblo mexicano; por eso las políticas fracasadas intencionalmente sobre educación, economía, desarrollo social, cultura, ciencia, investigación, inversión directa, patrimonio nacional, etcétera, etcétera.

Y todavía quieren que “celebremos” esta situación bajo “pecado de omisión”, dice el Episcopado Mexicano. Muchos mexicanos se unirán a la pantomima festiva no tanto por el tal pecado, sino porque su naturaleza es alegre y dispuesta a aprovechar la ocasión de tener un escape de las tribulaciones diarias, mientras se puede…

No podemos dejar de expresar:
Cómo me dueles amada Patria mía,
Cuánto me indigna y lacera tu quebranto;
Te han ultrajado y humillado tanto
¡Que grito mi rencor en rebeldía!
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lunes, 6 de septiembre de 2010

SANGRE Y HUMO

Reynaldo Mota Molina

La masacre de los 72 migrantes centro y sudamericanos ejecutados en Tamaulipas presuntamente por el cártel de los Zetas deja al descubierto lo podrido que están las instituciones migratorias en la frontera sur del país y del contubernio con el crimen organizado. Los ejecutados —58 hombres y 14 mujeres— se encontraban prácticamente a un paso de cruzar la frontera con Estados Unidos, su destino final al que no llegaron, y fueron asesinados porque no entregaron el dinero que les exigían para quedar libres y porque se negaron a ser parte del cártel, según el testimonio de uno de los sobrevivientes.

Pero la historia va más allá: al grupo de migrantes lo tenía secuestrado la organización criminal posiblemente desde la frontera sur en donde, según otros testimonios, los migrantes son vendidos por la propia policía migratoria mexicana a las organizaciones criminales y los que no tienen recursos son confinados en algún lugar en condiciones infrahumanas mientras obtienen dinero y si no lo consiguen, simplemente son desaparecidos en la más absoluta impunidad.

Por esto son aún más indignantes las declaraciones oportunistas del vocero del gabinete de seguridad nacional, Alejandro Poiré, en el sentido de que la delincuencia organizada está recurriendo a la extorsión y al secuestro de migrantes como mecanismo de financiamiento y en ocasiones de reclutamiento, “porque muestra que la actividad del Estado para combatirlos merma significativamente su capacidad de operación y sus recursos”, cuando sabemos que en la realidad, todo esto es parte del negocio criminal que implica 22 tipos de delitos desde hace años; en cambio, omite cualquier comentario de la abominable corrupción de la instancia migratoria.

Por fin, después de casi cuatro años, Felipe Calderón empieza a darse cuenta —obligado por las circunstancias— que para combatir verdaderamente a la delincuencia organizada es necesario atacar a la médula, es decir, el patrimonio financiero, económico y de bienes, y como no le quedaba otra, anuncia una serie de cambios administrativos y propuestas legales destinadas a atender dicho sector. Vamos a ver si es cierto…

Edgardo Buscaglia, experto en Seguridad y Terrorismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), catedrático e investigador, desde entonces ha insistido puntualmente en este aspecto sin que hasta ahora haya sido escuchado por Calderón. El mismo Buscaglia propone cuatro indicadores fundamentales para verificar que las implementaciones de Felipe Calderón son verdaderas y efectivas. Simultáneamente debe:

1. Establecer un programa de prevención de lavado patrimonial que involucre una interacción entre empresas privadas —que están en riesgo de ser utilizadas por la delincuencia organizada— y el Estado, por ejemplo, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), proporcionando información preventiva a esas empresas.

2. Integración de Grupos de Trabajo con un juez de Control del Poder Judicial; Fiscales estatales o federales, según el caso; Fiscales Electorales (FEPADE); la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada SIEDO —una persona cada uno—; un guardia de Finanzas que funcionaría como policía financiera; UIF/SAT de la SHCP con información de la propiedad mercantil, hoy en manos de la mafia política, y órganos de supervisión de los mercados de capitales y el
Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) que proporcione elementos de apoyo.

3. Cooperación internacional con organismos como la Red Internacional de Rastreo de Activos Criminales (CARIN, por sus siglas en inglés), que no se conoce en México hasta ahora, a la que México fue invitado a participar y no ha dado respuesta; Interpol y Agencias Regionales de la Unión Europea, que no han sido invitadas por México a participar a pesar de estar dispuestas a hacerlo.

4. Creación de un órgano realmente autónomo que aborde el combate y la prevención de la corrupción al más alto nivel del Estado, íntimamente ligado al lavado patrimonial mexicano.

Si verdaderamente va en serio, muy pronto nos daremos cuenta…
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