miércoles, 29 de julio de 2015

LA NUEVA TELENOVELA

Reynaldo Mota Molina

Las elecciones intermedias de Chiapas realizadas el pasado 19 de julio en las que resultó ganadora la coalición PRI, Verde Ecologista, Nueva Alianza y el partido local Chiapas Unido, revelan lo que sucederá en las elecciones presidenciales de 2018 con el fin de arrasar mediante todo tipo de prácticas fraudulentas, los puestos clave que aseguren al PRI conservar la hegemonía del poder coadyuvado o solapado por los organismos electorales.

Chiapas es el estado más pobre del país con el 76.2 por ciento de su población con graves carencias, según el último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo  Social (CONEVAL), es decir, casi 4 millones de pobres y 1 millón 600 mil habitantes en pobreza extrema.

Pero es el estado donde el gobernador, Manuel Velasco Coello del Partido Verde Ecologista, dilapida multimillonarios recursos públicos en publicidad a su favor en todo el país y se catapulta para suceder a Enrique Peña Nieto en la presidencia de México; por lo pronto, siguiendo sus pasos, inició la nueva telenovela contrayendo nupcias con la ex rebelde, actriz y cantante Anahí, por supuesto a la manera de Televisa, hacedora de presidentes y encargada de educar a la audiencia para que acepte de antemano y apoye a la nueva pareja presidencial llegado el momento. Como hemos visto, el PRI se ensaña con los más jodidos para extraerles el voto a su antojo.

Seguramente por eso el número de pobres en el país aumentó en más de dos millones de personas con carencias sociales en el ingreso, el rezago educativo, los servicios de salud, la seguridad social, la calidad y espacios de vivienda, los servicios básicos y el acceso a la alimentación. La  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) acaba de dar a conocer que México es el único país latinoamericano que registra una tendencia regresiva en reducción de la pobreza. Los niveles de pobreza no han cambiado en los últimos 20 años debido a la reducida tasa de crecimiento de la economía nacional y la desigualdad en la distribución de los ingresos.

De acuerdo con dicho informe, el crecimiento de la economía nacional se ha visto limitado por la subexplotación del potencial de desarrollo de todas las regiones del país y, en particular, por la falta de transformación estructural y despegue de la productividad; afirma que la estrategia de reforma debe adquirir una dimensión regional integral que permita mejorar los mecanismos de gobernanza, identificar la financiación de forma más precisa e ir más allá del alivio social. Recomienda al gobierno mexicano invertir más recursos en la reducción de la pobreza y el crecimiento de la productividad, así como en políticas urbanas y territoriales.
  
Pero eso no le interesa al gobierno peñista, por el contrario, el Banco de México redujo nuevamente la expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.66 a 2.60 en este año, así como las expectativas de 2016 y 17, justo previamente al próximo proceso electoral, y la devaluación del peso frente al dólar alcanza la cifra récord de $ 16.60 hasta hoy, aunque Luis Videgaray asegura que “el hundimiento del peso no representa un riesgo para nuestra estabilidad macroeconómica, porque hemos diversificado mucho la composición de nuestra deuda pública”.

No hace mucho secretario de Hacienda y Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, aseguraban que el adelgazamiento del peso mexicano era una volatilidad pasajera que no alteraría el fuerte impulso de la economía mexicana ni afectaría el motor de las reformas estructurales y, casi enseguida, vinieron dos fuertes recortes presupuestales que afectan directamente a la economía nacional.


En lo que va del gobierno de Peña Nieto ha endeudado al país en 2 billones de pesos adicionales a la billonaria deuda pública interna y externa, Con dichas medidas se asegura que el 87 por ciento de mexicanos pobres que reporta el CONEVAL, “socialmente vulnerables”, más los que se acumulen de aquí al 2018, estarán listos para dar su voto al PRI y sus compinches, con los resultados que dan los presidentes telenovelescos. Al fin y al cabo el pueblo es el jodido.

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miércoles, 15 de julio de 2015

BLOQUEOS EN INTERNET

Reynaldo Mota Molina


Los grandes distractores de la atención pública que utiliza el gobierno de Enrique Peña Nieto para encubrir las acciones de su mala administración han perdido eficacia, concediendo que alguna vez la hayan tenido. Son grotescos, mal hechos, diseñados para estúpidos por otros más estúpidos y dejan al descubierto la pretendida engañifa. La nueva fuga de Joaquín Chapo Guzmán lo confirma. A nadie sorprende este suceso, es más, se esperaba que ocurriera en cualquier momento y así es, justo cuando el cáncer que padece Peña Nieto se hace inocultable y hasta predecible que no llegue al final del sexenio; así lo considera mucha gente y empieza a extenderse la creencia.

Pero al gobierno peñista no le conviene que esto se extienda más y había que dar un vuelco… ¿Qué pasaría con los fabulosos negocios de la reforma energética, de las telecomunicaciones, del nuevo aeropuerto, y todos los demás? ¿Quién invertiría en un país que no tiene bien definido qué hacer si faltare el presidente a fin de evitar conflictos de poder y problemas de ingobernabilidad? Las grandes ganancias en los negocios es lo único que le importa. Como los políticos se creen semidioses piensan que son inmortales y son incapaces de prever debidamente una contingencia de esta naturaleza.

Pero tampoco dan paso sin huarache: La liberación de Rafael Caro Quintero en 2013 se negoció cuando las reformas estructurales se encontraban en proceso y había que allanarles el camino distrayendo a la gente para que no protestara; otro distractor fue la recaptura del Chapo Guzmán en 2014, previa a la promulgación de las mencionadas reformas estructurales, y había que dar confianza a los inversionistas extranjeros, dueños del poder económico, para que creyeran en la capacidad del gobierno mexicano.

Todo esto es y ha sido un teatro o mejor dicho, una telenovela de mala calidad a la manera de Televisa, pero envuelta en miles de millones de dólares seguramente, al menos esta es la creencia popular, pero además, justo cuando Peña Nieto se encuentra en Francia disfrutando su viaje majestuoso acompañado de una corte que seguramente envidian los países imperiales, así parecerá inocente de toda sospecha… que no lo libera de su responsabilidad.

¿Quién puede creer verdaderamente que la instalación de tamaña tubería, por donde según el gobierno peñista escapó el Chapo, paralela al centro penitenciario de máxima seguridad, fuera casual y desprovista de toda medida de seguridad, así como la reciente construcción del edificio por donde salió? De veras que son estúpidos quienes le diseñan los escenarios a cargo de los bolsillos de usted y los míos, y si éstas son obras privadas... peor aún.


Tampoco lo liberan de su responsabilidad las masacres de civiles —delincuentes o no— a manos de las fuerzas armadas. “Mátenlos en caliente” solía decir el dictador Porfirio Díaz para eliminar a quienes se oponían a su régimen hace más de un siglo. “Mátenlos como perros”, instruían policías federales en enero pasado para abatir un grupo de autodefensas en Apatzingán que mantenían un plantón de protesta por falta de pago de sus servicios. El Ejército también intervino. En Tanhuato-Ecuandureo, Michoacán, hubo 42 civiles abatidos, presuntos delincuentes, por policías federales más un miembro de esta corporación. En Tlatlaya, Estado de México, hubo orden militar para abatir delincuentes —civiles— en la noche; “no que muy machitos”, les decían los militares a los sometidos “y les daban un balazo”, según una testigo ocular.

Y para colmo, está bloqueada en Internet la información relativa a la nueva fuga del Chapo Guzmán y la relacionada con la orden militar del caso Tlatlaya. Para eso sí es bueno el gobierno de Enrique Peña Nieto.

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