martes, 10 de enero de 2012

¿DÓNDE QUEDÓ LA CIENCIA?

REYNALDO MOTA MOLINA

Seguramente usted, como mucha gente, se pregunta una y otra vez: ¿por qué esta generación de políticos está podrida? Bueno, debe haber alguna excepción, pero en el muladar en que han convertido a la ciencia política, se pierde; es prácticamente imposible localizar alguno que sea honesto, ético, justo, cabal pues…, determinado a trabajar por el bien común.

¿Por qué hemos llegado a los niveles de corrupción que tenemos, en la que México ocupa uno de los primeros lugares del mundo? Pareciera que el mar de corrupción en que nos movemos todos es lo normal, cuando debiera ser precisamente lo contrario. ¿Por qué se ha llegado a los grados de irresponsabilidad y de cinismo político tan brutales, en los que, por ejemplo, los asesinatos de más de sesenta mil seres humanos en sólo cinco años no tienen mayor importancia? –menor número de muertos ha habido en guerras de a de veras en otros países– ¿Por qué se soslayan y reprimen los derechos humanos? ¿Por qué hemos llegado a tales extremos?

No pretendemos abogar por los criminales del lado que sean, sino tratar de entender por qué estamos así; ¿por qué no nos preocupa y ocupa el futuro de las nuevas generaciones? ¿Por qué no hacemos lo necesario para tratar de revertir esta infamia?

Sin perder de vista que ser ruin es propio de la condición humana –lo hemos visto desde que Caín mató a Abel en el principio de la historia– algunos pensadores ubican el hito de la época moderna en el siglo XX durante la Segunda Guerra Mundial en la que miles de hombres tuvieron que abandonar el seno familiar y las mujeres se vieron precisadas a asumir las funciones de padre y madre a la vez, postergando la atención de los hijos. En la postguerra los excombatientes que regresaron, volvieron trastornados y enfermos de la mente por las terribles experiencias vividas de mil formas; así procrearon a sus hijos.

Por otra parte la mujer, en su legítimo afán de la igualdad de género a consecuencia de la discriminación histórica de que ha sido objeto, dio auge al movimiento feminista que la alejó, en términos generales, de la atención primordial de los hijos.

Estos y otros muchos fenómenos sociales, entre ellos la indolencia endémica del mexicano, han incidido en nuestro país para la pérdida de valores y para engendrar la clase política que tiene al país al borde del colapso frente al proceso electoral que está en marcha.

Parte de esa clase política proviene de políticos encumbrados a la sombra de la Revolución Mexicana acaecida a principios del mismo siglo; paradójicamente, enviaron a sus hijos a estudiar al extranjero para tener una mejor formación profesional pero lo que obtuvieron fue el desprecio hacia lo mexicano y la pérdida del espíritu nacionalista. Los casos de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo son evidentes por los daños causados al país.

Es indudable que una de las causas de la degeneración política mexicana es el monopolio del poder ejercido por el PRI durante más de setenta años generando corrupción, impunidad, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, injusticia, narcotráfico, en fin, los vicios que permearon a todos los partidos y a la sociedad, con tal de mantenerse en la cúspide del poder. La alternancia del PAN resultó peor debido a que sus políticos no sólo son de la misma calaña sino que, inexpertos, incapaces y ambiciosos de poder, se aliaron con los priistas para apoderarse de los privilegios que da el poder.

Felipe Calderón declaró pública y “graciosamente” que nunca se imaginó estar donde está… El hecho demuestra el grado de ignorancia, improvisación e irresponsabilidad con que “gobierna”, características que parecen ser la tónica de los contendientes por la próxima presidencia de México. ¿Y la ciencia política…?

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