domingo, 14 de noviembre de 2010

CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Reynaldo Mota Molina

Los gobiernos panistas —Fox y Calderón— han hecho y siguen haciendo todo lo posible por diluir el poco espíritu de identidad nacional que queda en el pueblo mexicano a causa de la socavación de los valores que éstos y los gobiernos priístas han hecho sobre los que en alguna época fueron motivo de verdadero orgullo de ser mexicano. Si la conmemoración —¡festejo! le llamó la frivolidad panista— del Bicentenario de la Independencia de México fue “flor” de un día, o más bien de una noche, la del 15 de septiembre, sólo para justificar el despilfarro de más de 3 mil millones de pesos cuyo gasto permanecerá oculto durante 12 años por el Banco del Ejército (Banjército), fiduciario de dicha celebración, que fue un “show” montado por la empresa extranjera Instantia Productions, propiedad de Marco Balich y Ric Brich, especialistas en la organización de espectáculos para olimpiadas y al cual el simple mortal tuvo que conformarse con ver en las pantallas televisivas chicas o grandes porque todos los lugares del zócalo capitalino estuvieron reservados exclusivamente para empleados de confianza del gobierno panista, funcionarios e invitados especiales cuyo acceso estuvo férreamente controlado…

Bueno, a lo que vamos es a la conmemoración, digo, “celebración” del Centenario de la Revolución mexicana que, para empezar, fríamente calculada fue cambiada de fecha. Resulta que en lugar de ser el 20 de noviembre —como sucedió hace 100 años—, ahora es el día 15 con la carnada de un atractivo “puente” laboral, al que la burocracia está tan acostumbrada, para que el ciudadano común se distraiga y ni se acuerde que hace un siglo un puñado de hombres bien intencionados iniciaron un movimiento revolucionario con el ideal de lograr justicia social y equidad en la riqueza económica.

Envueltos en pañales de seda los panistas nacieron en contra de las reformas liberales de Lázaro Cárdenas, o sea, la contrarrevolución. En el primer Consejo Nacional del PAN estuvieron tres miembros de las huestes del usurpador Victoriano Huerta —tal vez de ahí proviene el gran monumento disfrazado del traidor Benjamín Argumedo—. La Escuela Libre de Derecho, de donde es egresado Felipe Calderón, es de origen porfirista.

Con estos antecedentes, la estrechez —por no decir nula— visión de Estado de Calderón, la incapacidad, su aversión al pueblo mexicano, la irresponsabilidad, indolencia y la corrupción de su gobierno ¿cómo puede concebir una conmemoración digna de los hombres y mujeres que ofrendaron su vida por un país mejor y plantear, siquiera, la posibilidad de un plan de desarrollo integral?

¡Vamos!, si no le importa llevar en su cuenta 30 mil muertes violentas por manos impunes bañadas de sangre…
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