Reynaldo Mota Molina
¿Cuál es el plan para el futuro de México?, si es que
existe alguno en el proyecto del gobierno federal encabezado por Enrique Peña
Nieto; sería bueno que lo diera a conocer siquiera para saber de qué lado vamos
a caer y prepararnos para procurar que el descalabro sea lo menos dañino
posible. No es que estemos conformes con ello, ni mucho menos, pero sin
recursos, sin información real, sin garantías de nada, sin algo que nos indique
algún camino por dónde ir, somos un pueblo desvalido, una especie de fardo que
sólo espera el momento del ramalazo que se ve inevitable. ¿Será este el plan…?
y en ese caso ¿por qué? y ¿para qué?
Quizá es demasiado pedir a un gobierno que se
distingue por ser irracional. Solo este gobierno ha sido capaz de despojarnos
del petróleo, el patrimonio nacional, aunque de momento los nuevos dueños estén
horrorizados con todo lo que este gobierno hace a su pueblo y eso mismo los
haga desconfiar de realizar grandes inversiones con alguien que no es capaz de proporcionar,
siquiera a su gente, la más elemental seguridad de nada…
Como ejemplo, descalificó los informes de los expertos
argentinos que intervinieron en la identificación de los supuestos restos de
los normalistas de Ayotzinapa y dio prácticamente carpetazo al asunto; descalificó,
así mismo, los señalamientos fundamentados del Comité de Naciones Unidas contra la Desaparición
Forzada que concluyeron: “las desapariciones forzadas en México son
generalizadas y la mayoría de ellas quedan impunes” ... "Es un problema de
años y el Estado no ha hecho suficiente para resolver"; privó a todo el país del
derecho a la información de la única voz fidedigna de radio y televisión de
Carmen Aristegui, canceló la libertad de expresión y estableció la censura contraviniendo
lo que “garantiza” la Constitución Mexicana sobre estas materias.
También descalificó las publicaciones de los diarios
internacionales que abordaron el silenciamiento de Carmen Aristegui.
Descalificó así mismo el Informe 2014 de Amnistía
Internacional que asegura que la
impunidad continúa siendo la norma en los casos de desapariciones forzadas en
el país, que se desconocía el paradero de más de 22,611 personas, entre ellas
los 43 estudiantes de Ayotzinapa cuyo rastro se perdió en Iguala y, además, las “ejecuciones extrajudiciales y torturas en el contexto
de la delincuencia violenta y la falta de rendición de cuentas de la policía y
el ejército”, en medio de la impunidad habitual por violaciones de derechos
humanos y delitos comunes en un país con elevadas tasas de asesinatos y
secuestros y refirió, así mismo, los asesinatos, ataques y amenazas de que son
objeto en México periodistas y defensores de los derechos humanos, que
parecen “obedecer a motivos políticos en represalia” por el ejercicio de su
labor.
Descalificó hasta al Papa Francisco por la “Mexicanización”
de Argentina…
A todo esto se agrega que, sospechosamente, la
documentación relativa a la “Guerra Sucia” (1968-1980) se convirtió en archivos clasificados…
Pero además, la devaluación del peso, los varios recortes
presupuestales, los reajustes del crecimiento económico cada vez menor, el brutal
endeudamiento público que asciende a 7 Billones 145 mil millones de pesos sin
considerar el Ipab, el rescate carretero, ni las deudas de los
estados, que también son públicas, mientras el ingreso promedio de la población
decayó en 6.6 por ciento durante los primeros dos años de este gobierno.
Y está pendiente la Ley General de Aguas que pretende
privatizar el derecho humano al agua, que gracias a la movilización ciudadana,
logró detenerse hasta después de las elecciones.
Así pues, insisto, ¿Cuál es plan de Peña Nieto? ¿Qué
pretende con todo esto…?
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