miércoles, 25 de marzo de 2015

NO NOS CONFUNDAMOS, LA AGRESIÓN ES AL PAÍS

Reynaldo Mota Molina

Con el despido fulminante de Carmen Aristegui y su equipo de Investigaciones Especiales de Noticias MVS, el noticiario de mayor audiencia a nivel nacional, según los promocionales de la misma emisora que naturalmente ha retirado, y el único informativo con credibilidad de los medios privados de telecomunicación, el país queda a obscuras y a merced del gobierno autoritario y totalitario representado por Enrique Peña Nieto, al eliminar al grupo de periodistas profesionales, independientes y valientes, capaces de descubrir y dar a conocer a la opinión pública la corrupción documentada de funcionarios públicos que abusan del poder y se mueven en la más absoluta impunidad.

La información de la llamada “casa blanca” de Peña Nieto y su mujer —que MVS no quiso difundir— fue sin duda la gota que derramó el vaso y hoy tiene volcada sobre Carmen y su equipo toda la furia y recursos de la empresa manipulada desde la presidencia de la República, a pesar de que lo nieguen, de acuerdo a la creencia popular.

De tal envergadura es dicha información y los nexos ocultos, que Peña Nieto se apresuró a cancelar la obra aprobada del tren-bala México-Querétaro que tendría entre los participantes al consorcio Higa, dueño de dicha propiedad y favorito del presidente Peña desde que era gobernador del Edomex, y al yerno de Carlos Salinas de Gortari.

Dicho equipo de periodistas tiene en curso de investigación otras propiedades de Enrique Peña y del secretario de Hacienda y, así mismo, del caso Tlatlaya… y había que callarlo. Descubrió también la red de prostitución operada desde las oficinas capitalinas del PRI por Cuauhtemoc Gutiérrez, ex secretario, que acaba de ser exonerado. Ya no hay voz que se escuche en todos los ámbitos…

Y este es precisamente el problema, el gran problema en que nos encontramos todos los habitantes del país al perder la única voz confiable que nos daba a conocer todas las tonalidades de la información por más obscura que fuera y se tratara de quien se tratara, siempre debidamente comprobada.

Carmen Aristegui y su equipo están viviendo en carne propia la agresión que se tramó en su contra desde hace meses y estaba al acecho de cualquier pretexto —Mexicoleaks fue el ideal— con algunos movimientos en el gabinete presidencial, por ejemplo, Eduardo Sánchez Hernández, fue director jurídico de MVS —conoce perfectamente las entrañas de la empresa y sabe dónde y cómo hacer doler— y acaba de ser nombrado Coordinador de Comunicación Social de la Presidencia y tendrá a su cargo, entre otras cosas, la coordinación con los medios de comunicación del país y del extranjero. ¿Hasta dónde tuvo qué ver en el brusco cambio de ser de los dueños de MVS…?


La primera recompensa a dicha empresa es indirecta —seguramente habrá más—. Andrés Chao, hermano del vicepresidente de relaciones institucionales de MVS, Felipe Chao, acaba de ser nombrado subsecretario de Gobernación.

El gobierno retrógrado de Peña Nieto tiene ahora las manos libres para hacer lo que le venga en gana, sin nadie que se atreva a cuestionarle nada, sino aplaudirle. ¡Se acabaron los conflictos de intereses! ¡Ya no se escucharán las voces que alertan contra la privatización del agua! ¡Los derechos de las audiencias valieron para pura sombrilla! ¡Ya no tendrán espacio en los medios quienes censuran las porquerías del PRI ni de los otros partidos! ¡Los militares y los marinos ya pueden dormir tranquilos… ya no se escucharán a quienes cuestionan sus crímenes! ¡Televisa y TvAzteca estarán felices de haber aniquilado el espacio de las voces críticas! ¡El INE ya no tendrá que preocuparse por los fraudes de las elecciones del 7 de junio, porque ya no habrá donde analizarlos y cuestionarlos públicamente!

  Ya no hay lugar de gran audiencia dónde denunciar públicamente para que todo el mundo se entere, la pederastia, el dispendio de las compañas electorales, la corrupción de los gobernantes, la impunidad de los servidores públicos, los delitos del crimen organizado, la complicidad de los gobiernos y de las policías, en fin, todo eso y más se acabó, por eso, la agresión a Carmen Aristegui es agresión a todo el país.

¡¡No lo permitamos, ACTUEMOS!!

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