jueves, 3 de abril de 2014

¡NO PODÍA SER VERDAD TANTA BELLEZA…!

Reynaldo Mota Molina

El propio Enrique Peña Nieto se ha encargado de dar un mentís rotundo a la reforma que en materia de telecomunicaciones él mismo promulgó a mediados del año pasado con gran bombo y platillo y ha vuelto a quedar postrado ante los intereses todopoderosos de Televisa, lo cual de por sí es muy grave, pero todavía más, el refrendo a la manipulación mediática absoluta que tanto daño ha ocasionado al país en el ámbito de la telecomunicación, la política, la educación, la economía y la democracia, entre otras muchas cosas, socavando la soberanía del Estado.

Como se temía, muchos aspectos de las iniciativas de las Leyes reglamentarias o secundarias presentadas apenas hace unos días por Peña Nieto contradicen lo establecido en la nueva Ley de Telecomunicaciones consagrada ya en la Constitución Política mexicana y peor aún, tratan de regresar a la Secretaría de Gobernación la facultad de censurar contenidos de radio y televisión y controlar la comunicación y las nuevas concesiones y prórrogas, que son responsabilidad exclusiva del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el supuesto organismo autónomo recién creado.

La iniciativa presentada por el Ejecutivo al Senado de la República dice, por ejemplo, en un sentido presumiblemente sesgado, que la Secretaría de Gobernación sería la encargada de vigilar que los contenidos de radio y televisión sean educativos, culturales y cívicos, además de la revisión de los espacios noticiosos y de contenidos diversos, para que se difunda información imparcial, objetiva, oportuna y veraz del acontecer nacional e internacional; igualito a lo que establecía el decreto-ley de la dictadura militar de Argentina en 1980 que decía: la información debe ser “veraz, objetiva y oportuna” cuando en dicho país “se mataba, se censuraba y se desaparecía”, según el testimonio del autor intelectual de la nueva Ley de Medios Audiovisuales de Argentina, Gabriel Mariotto, actual vicegobernador de Buenos Aires. El “parecido” de ambos casos es altamente preocupante. ¿Qué tanto más esconden las tales leyes secundarias que más bien parecen ser una contra-reforma…?

Esto nos lleva a retomar lo que mencionamos en nuestra entrega anterior “Más Pobres y Más Ricos” respecto al informe de Oxfam “Gobernar para la Élites” que menciona, entre muchos otros análisis: “De qué manera las leyes que regulan las economías nacionales se subordinan a los intereses de la élites? Se trata de un problema inherente a la naturaleza de la política> ... <La influencia de los grupos acaudalados da lugar a los desequilibrios en los derechos y la representación política. Como resultado, esos  grupos poderosos secuestran la toma de decisiones de las funciones legislativas y regulatorias> ... <La  concentración de la riqueza en manos de las élites da lugar a una influencia política indebida que, en último término, arrebata a los ciudadanos los ingresos procedentes de los recursos naturales, genera políticas fiscales injustas, fomenta las prácticas corruptas y desafía el poder normativo de los gobiernos. El conjunto de estas consecuencias empeora la rendición de cuentas y la inclusión social>.


La instauración de las leyes secundarias está en proceso en este momento y supone el debate y análisis profundo y responsable del Congreso de la Unión a favor del pueblo mexicano cuyo dictamen deberá ser el próximo 30 de abril. Está en juego, pues, el presente y el futuro de nuestro país en materia de telecomunicaciones y de los muchos asuntos que implica, que son trascendentales para la vida nacional de ésta y de las nuevas generaciones y por lo tanto, es indispensable tomar conciencia de su importancia y participar activamente la ciudadanía para no permitir que avance el daño que se pretende.

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