miércoles, 5 de septiembre de 2012

LUTO NACIONAL

Reynaldo Mota Molina

Como colofón de la controvertida etapa poselectoral del 1 de julio Enrique Peña Nieto recibe la constancia de mayoría que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) le otorga por manos del magistrado presidente Alejandro Luna Ramos ante el dictamen unánime que la Sala Superior determinó a su favor, declarando la validez del proceso electoral y de presidente electo de la República mexicana para el periodo diciembre 2012-noviembre 2018, cuya postulación presentó la coalición Compromiso por México integrada por el PRI y el PVEM.
De esta forma el máximo tribunal electoral desechó más de 10 mil pruebas aportadas por el Movimiento Progresista para invalidar la elección presidencial: “Es infundada la pretensión de invalidación de la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos planteada por la coalición Movimiento Progresista”, declaró el magistrado presidente Luna Ramos, al término de la votación y las ponencias respectivas.
Es decir que las pruebas presentadas de propaganda encubierta del Grupo Televisa a favor de Peña Nieto desde 2005 y durante la campaña 2012, constitutivas de fraude a la ley electoral, fueron desechadas por el tribunal que no realizó la investigación exhaustiva que tenía obligación de cumplir.
Así mismo la enmarañada triangulación de recursos entre empresas privadas y empresas membrete, entre las que destacan Grupo Koleos y Grupo Empresarial Tiguan, Grupo Comercial Inizzio, Operadora y Comercializadora Efra; bancos, grupos financieros como Monex, BBVA Bancomer, Banamex, Scotiabank; Wal Mart, lavado de dinero, empresas Soriana, y la millonaria compra de votos a través de tarjetas-monedero electrónico, entre otras graves irregularidades, que también fueron ignoradas por la autoridad electoral, y qué decir de las denuncias ciudadanas.
El Trife desestimó todos y cada uno de los elementos presentados, desde el caso del empresario  méxico-estadounidense José Aquino que demandó al equipo de Peña Nieto por presunto fraude por 56 millones de dólares a su empresa Frontera Television Network, hasta el escandaloso rebase del tope de gastos de campaña. Todos somos testigos del gran fraude cometido por el PRI para imponer sus intereses a través de Enrique Peña Nieto.
Pero para el Trife todo está bien: “La invalidez de una elección no puede basarse en argumentos carentes de prueba idónea, en simples inferencias o manifestaciones, pues de ser así se atentaría contra las reglas y principios del sistema democrático de derecho. Por lo anterior, considero que la certeza histórica de la elección presidencial del 1 de julio del 2012, es que los ciudadanos mexicanos ejercieron su sufragio con libertad y sin coacción alguna y que prevalecieron los principios de equidad, legalidad e imparcialidad en el desarrollo del proceso electoral” declaró concluyente Pedro Esteban Penagos, magistrado del Trife.
Con este fallo el tribunal electoral legaliza el fraude, la ilegalidad, el lavado de dinero y la impunidad, siempre que se trate de la élite que conforma la punta de la pirámide en la que todos son socios. Lo demás, que se lo lleve el diablo, ignorantes de que se encuentran en el mismo barco…

El asunto no está terminado. El Trife está provocando que la inconformidad de millones de mexicanos se torne en rebeldía y las consecuencias son imprevisibles.
No por nada Peña Nieto acudió en helicóptero a recibir la “constancia de mayoría” eludiendo las manifestaciones en su contra.
Hay luto nacional por la verdad y la justicia. ¡Qué lamentable!

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