miércoles, 5 de septiembre de 2012

LAS MANOS LIMPIAS

Reynaldo Mota Molina

Conforme a la moda impuesta por Vicente Fox para sacarle la vuelta al mandato constitucional y no dar la cara al presentar el último informe de gobierno, ni siquiera al Congreso, no por pudor o vergüenza, sino por miedo a la vacuidad irracional, Felipe Calderón Hinojosa mandó al secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, cargado con dos cajas conteniendo el texto del afortunadamente último “informe” a entregarlo a la Cámara de Diputados, que fue recibido por el presidente de la Mesa Directiva, Jesús Murillo Karam, y por su compinche Ernesto Cordero, ahora habilitado como presidente del Senado de la República, en medio de sonrisas y efusivos apapachos.
En este ambiente relax y frente a las cámaras favoritas —las de televisión—, rodeado de la aplaudidora plana mayor del gobierno federal incapaz de realizar el menor cuestionamiento en el Palacio Nacional, Felipe Calderón dirigió un mensaje a la nación tres días después.
Dice que fundamentó su gobierno en cinco ejes de política pública: Seguridad Pública y Estado de Derecho; Economía Competitiva generadora de empleos e igualdad de oportunidades; Desarrollo Sustentable; Democracia efectiva y Política Exterior responsable.
Empezando por la seguridad pública, exculpó a su gobierno de toda responsabilidad del incremento de la delincuencia, la violencia y el narcotráfico, repartiendo culpas a todo el mundo menos a él, por supuesto, y enalteció la eficacia del Ejército, la Armada y la Policía Federal, por lo que recibió sonoros aplausos de los incondicionales. Dijo que con la Ley de Víctimas —que él mismo vetó— se protegerá y resarcirán los daños. Dijo también que “los criminales han hecho un daño incalculable a México…”. ¿Sólo ellos?
En la misma tónica abordó los demás ejes ignorando que la ciudadanía entera es testigo de lo contradictorio de sus “logros”: ¿“Economía competitiva” privilegiando el monopolio de Televisa en las Telecomunicaciones?; ¿“Generadora de empleos” con cifras mínimas manipuladas, el crecimiento de la economía informal y del número de pobres por falta de empleo?; ¿“Desarrollo sustentable” con la debacle del campo que obliga a importar maíz —el producto nacional—, frijol y demás semillas básicas?; ¿“Democracia efectiva” solapando el fraude electoral del PRI encubierto por el Trife?; ¿“Política Exterior responsable” entregando la soberanía del país a Estados Unidos, el petróleo y otros energéticos, así como la minería y la economía a manos extranjeras?
Es el fracaso rotundo en los cinco ejes y en los demás, que tienen descarrilado al país y en la ignominia de la impunidad y la desigualdad. Lo atestiguan más de 70 mil muertos, más de 60 millones de pobres, y todavía tiene el descaro de decir que los mexicanos tienen mejores condiciones de vida y la democracia más fuerte que hace 6 años.

No, no merece aplauso alguno sino sonora trompetilla…
No se va con las manos limpias.

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