Reynaldo Mota Molina
Ciudadanos de primera, de segunda, de tercera, y cuántos más. El gobierno clasista de Felipe Calderón sólo sabe distinguir a los de primera clase, naturalmente —él nació en pañales de seda—, y no ve ni oye, ni huele ni hiede a las demás clases; éstas simplemente no existen. ¿Prueba de esto?, ¡todas! Por ejemplo, los ciudadanos pobres que suman el 80 por ciento de la población nacional; los más de 40 mil trabajadores y 20 mil jubilados de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC) que viven en la inopia a causa de la extinción decretada por él; los padres de los 49 niños que murieron quemados en el incendio de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora, cuyos responsables permanecen en la impunidad; los más de 22 mil 700 muertos a causa de su “guerra” contra el narcotráfico donde los civiles “son los menos”, pero incluyen niños, jóvenes, mujeres y hombres inocentes y periodistas, que permanecen en la indiferencia gubernamental; los muertos y presos políticos de Atenco, de la APPO y de San Juan Copala de Oaxaca; la institución informativa MONITOR de José Gutiérrez Vivó, eliminada con la presunta complicidad de la mafia radiofónica; los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, abandonados a causa de la incapacidad para obtener acuerdos en su beneficio; etcétera, etcétera…
Ciudadanos de primera, de segunda, de tercera, y cuántos más. El gobierno clasista de Felipe Calderón sólo sabe distinguir a los de primera clase, naturalmente —él nació en pañales de seda—, y no ve ni oye, ni huele ni hiede a las demás clases; éstas simplemente no existen. ¿Prueba de esto?, ¡todas! Por ejemplo, los ciudadanos pobres que suman el 80 por ciento de la población nacional; los más de 40 mil trabajadores y 20 mil jubilados de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC) que viven en la inopia a causa de la extinción decretada por él; los padres de los 49 niños que murieron quemados en el incendio de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora, cuyos responsables permanecen en la impunidad; los más de 22 mil 700 muertos a causa de su “guerra” contra el narcotráfico donde los civiles “son los menos”, pero incluyen niños, jóvenes, mujeres y hombres inocentes y periodistas, que permanecen en la indiferencia gubernamental; los muertos y presos políticos de Atenco, de la APPO y de San Juan Copala de Oaxaca; la institución informativa MONITOR de José Gutiérrez Vivó, eliminada con la presunta complicidad de la mafia radiofónica; los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, abandonados a causa de la incapacidad para obtener acuerdos en su beneficio; etcétera, etcétera…
Ah!, pero secuestran, perdón, desaparecen al gato de angora Diego Fernández de Cevallos y se moviliza a todas las policías y ejércitos para “peinar” y rastrear palmo a palmo el paradero del gran “amigo” de quien, por cierto, continúan las especulaciones y hasta se sospecha que pueda ser un vulgar distractor sobre las investigaciones periodísticas de la fortuna de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública y especialista en montajes escenográficos (caso Florence Cassez y otros)…, o que esté ya muerto.
Naturalmente, no pertenecen a esta clase las centenas de desaparecidos de Jalisco, Guanajuato, Veracruz, Tamaulipas, Durango, Estado de México;

¡Qué clase de… gobernantes tenemos!!!
Escuche la entrevista de Carmen Aristegui a José de Jesús Esparza sobre el secuestro de familias en Durango. Dar clic en la liga:
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