jueves, 9 de enero de 2014

EL PUEBLO AUSENTE

Reynaldo Mota Molina

¿Dónde está México? ¿Dónde está el pueblo de México? ¿Dónde está la Vox Populi? Pareciera que salvo algunas excepciones ciudadanas desorganizadas y desarticuladas el país está desierto porque casi nadie habla, casi nadie es capaz de decir algo ante los acontecimientos perpetrados por el gobierno de Enrique Peña Nieto contra el pueblo de México, cuyo último atraco del 2013 fue cometido el día 12 de diciembre, precisamente cuando la atención del mexicano está centrada en la manifestación de su fervor guadalupano. Nos referimos a la proclamación de las reformas constitucionales que abren de par en par las puertas para entregar el máximo patrimonio nacional, el petróleo, signo de nuestra identidad, a manos extranjeras y a una pequeña élite local.

El hecho es tan trascendental que cambiará para siempre la vida del país, como nación, y por ende la de los mexicanos todos, incluyendo a los que aún no han nacido…

Esta era la premisa que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus aliados nacionales y extranjeros —¿o sería al revés, y el PRI fue solamente utilizado como ariete?— perseguían con tal virulencia durante el proceso electoral del 2012 que no les importó violar cuanta ley electoral existe en México con tal de que su “representante”, Enrique Peña Nieto, resultara presidente de la República y una vez con la llave en mano (léase Congreso de la Unión) abriera la puerta de la gran riqueza nacional para beneficio de aquellos despojando al pueblo de su patrimonio. Al fin y al cabo, como alguien dijo alguna vez: “El pueblo de México es un pueblo indolente y cobarde…”.

Esto lo saben los políticos vendepatrias y los demás… ¿Acaso pasó algo con los presuntos fraudes con la financiera Monex y las otras instituciones bancarias? ¿O con los de Soriana? ¿Y los otros, incluyendo los presuntos vínculos con el dinero ilícito de la delincuencia organizada? …Y la vox populi ¿en dónde estaba…?

Cierto es que el PRI es un aparato represor: lo vimos en el 68 en Tlatelolco; con los “halcones” en el 71 y en Atenco en 2006, por sólo mencionar tres ejemplos; pero lo vimos también el 1 de diciembre de 2012 durante la toma de protesta de Peña Nieto ante el repudio generalizado de la ciudadanía: La fortificación del Palacio Legislativo con infranqueables placas metálicas alrededor y cientos o miles de elementos de la fuerza pública armados fue una ofensa para la ciudadanía y una provocación previa, y la ya conocida infiltración de fuerzas obscuras desde el gobierno para provocar confusión y culpar a los manifestantes del desorden, fue la estrategia mostrada por “el nuevo” PRI.



También tiene otras sutilezas que lograron desarticular las protestas del movimiento “Yo Soy 132” y de los adherentes y acallar voces discordantes o incómodas, entre las que nos encontramos, que nos dejaron fuera de circulación durante algunos meses.

Estamos convencidos que la voz popular tiene que hacerse oír, manifestar libremente su opinión y reclamar la información no alineada a la que tiene derecho. Cada quien determinará lo que juzgue conveniente pero merece estar presente en las determinaciones que afectan su vida y la de sus descendientes por el solo hecho de ser ciudadano mexicano.

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