martes, 6 de septiembre de 2011

¿Y LAS DEUDAS?

Reynaldo Mota Molina

Los informes anuales del Ejecutivo federal pasaron de la ostentación del “día del presidente” con los gobiernos priístas, que servían de marco al riguroso besamanos, a la huidiza entrega, “con la cola entre las patas”, de los gobiernos panistas de un paquete al Congreso, fórmula iniciada por Vicente Fox para evadir cuestionamientos de los partidos de oposición y dar explicaciones, que Felipe Calderón ha continuado cómodamente.
En los tiempos del PRI también se conocía este acto como “la danza de los millones” porque supuestamente se destinaban millones y millones de pesos —de aquellos pesos— a la obra gubernamental particularmente en los ámbitos sociales y económicos “en beneficio de la población”; beneficios que en realidad, sólo existían en el papel de los informes, si no, no hubiéramos llegado a los extremos del hartazgo.

En los informes panistas el “presidente” ni siquiera da la cara. El secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, fue el encargado de entregar el susodicho paquete al Congreso para su glosa, cuando así los dispongan los legisladores, y ahí se ven… La entrega supone los anexos técnicos correspondientes y un resumen ejecutivo del estado que guarda la administración pública federal. Pero tampoco refiere la realidad del desastroso estado de ésta.

Felipe Calderón Hinojosa se concreta a refugiarse tras las cámaras de televisión y en un acto al que acuden sólo los miembros de su gabinete y unos cuantos invitados especiales, realizado al día siguiente en el Museo de Antropología, se dedica a exaltar los “logros” de su gobierno en materia de seguridad, justicia, crecimiento, equidad, democracia, cuidado del medio ambiente, etcétera, y aunque reconoce que los avances no son suficientes, asegura que México tiene fortaleza suficiente para enfrentar la incertidumbre de los mercados financieros internacionales y de la economía mundial. Reitera una vez más que su política de “combate” al narcotráfico seguirá utilizando al Ejército y a las fuerzas armadas “hasta el último día de su gobierno”.

Ni una sola palabra sobre la deuda interna del sector público federal que alcanza la cifra de 3 billones 101 mil millones de pesos en números redondos, es decir, más de tres millones de millones de pesos. Y la deuda externa, la de 110 mil millones de dólares. Endeudamientos sin precedentes en la historia de México.

El presupuesto anual del gobierno federal es de más de 3 billones de pesos; falta conocer el correspondiente a 2012, pero por lo visto la deuda pública total, es decir, pesos más dólares, rebasa el cien por ciento del presupuesto de un año.

Y la pregunta obligada: ¿Dónde está todo este dinero que abulta de tal modo la deuda pública?

Algunos expertos hacen las siguientes consideraciones: En sus años de gobierno, Felipe Calderón ha ejercido presupuestos de más de 20 billones de pesos —millones de millones—. ¿Qué obras se construyeron? ¿En manos de quiénes quedó tamaña fortuna? Porque han entrado ríos de dólares de la exportación de petróleo que, bien manejados, hubieran sido suficientes hasta para saldar la deuda. La respuesta a esas preguntas tendría que conducir al descubrimiento de un probable entramado de corrupción.

¿A esto se refiere con lo de “corrupción rampante”? Y todavía crecerá más por la adquisición de deuda de Pemex por mil 190 millones de dólares (70 por ciento de la inversión) para adquirir el 4.62 del capital de la petrolera española Repsol-YPF para “ayudarla” en su administración. ¡’uta!, ahora hasta resultan hermanas de la caridad…, con cargo a los contribuyentes. Ahora Pemex posee 9.5 por ciento del capital de dicha empresa, que “representa una oportunidad de lograr mayor experiencia en la exploración y producción petrolera y aumentar la capacidad de producción en el país”, dice Juan José Suárez Coppel, director de la paraestatal, pero los gasolinazos nos los endilgan cada mes…

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