Reynaldo Mota Molina
Nadie parece percatarse o estar consciente de la grave crisis que vive el país en múltiples facetas —el crimen y la violencia cotidiana, la desigualdad social y económica, por mencionar sólo unos ejemplos— que son lacerantes para la sociedad mexicana pero que son simplemente ignoradas por quienes pretenden gobernar, según se desprende del tan traído y llevado “debate” de los candidatos a la presidencia de la República. Ninguno abordó estos grandes problemas nacionales a pesar de corresponder a los temas preestablecidos de Seguridad y Justicia y Economía y Empleo.
El IFE, humillantemente sometido y exhibido, trata de esquivar su responsabilidad aduciendo que fueron los partidos políticos quienes acordaron y decidieron el rígido formato del “debate” incluyendo la inamovilidad de las cámaras televisivas y los cortes de audio. ¿Y para eso les entregamos 18 mil 451 millones de pesos dizque para organizar el proceso electoral, y son los intereses antidemocráticos a quienes se les deja hacer la tarea?
Dice Alfredo Figueroa, Consejero del IFE, que se dejó a los partidos decidir el formato para garantizar que los cuatro candidatos acudieran al “debate”. ¡’Uta!, de veras, rebasa nuestra capacidad de inteligencia tal argumento. ¿Pues qué no hay leyes? ¿Qué no hay una suprema que obliga a la misma institución electoral a organizar cuando menos DOS debates entre los candidatos los que, hasta donde llega nuestra comprensión, están también obligados a asistir? ¿Qué concepto de “autoridad” tiene el IFE? Bueno, por si no lo sabe aquí transcribimos lo que dice el diccionario de la Real Academia Española que rige nuestro idioma: “Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho”.
También trata de sacudirse el ridículo de poner un distractor como Julia Orayén, modelo extranjera de la revista para caballeros Playboy, como edecán encargada de entregar las fichas del sorteo de participación de los candidatos, con un atuendo espectacular totalmente fuera de lugar en un evento que se suponía cuando menos serio, pero que terminó siendo circo, argumentando que fue cuestión del productor del espectáculo..., pero que ha herido la susceptibilidad femenina: “Estoy indignada —dice una espectadora del “debate”—, el protocolo de edecanes para trabajar en eventos presidenciales es muy, muy estricto... ¿Cómo es posible que esta supuesta edecán se presente vestida así? ¿Quién lo autorizó? ¡Qué falta de respeto para todos y para las mujeres!
Si el IFE no fue capaz ni siquiera de supervisar estos detalles, entonces, ¿para qué demonios está?
Era sabido que el “debate” estaba diseñado para favorecer a Enrique Peña Nieto del PRI, pero dejar la Iglesia en manos de Lutero… rebasa todo límite. Por eso fue insustancial, sin nada que permitiera al presunto elector conocer algo más acerca del perfil de cada candidato salvo Gabriel Quadri del Panal que, solo en su cancha, hizo figurines con su balón sin que ninguno de los otros tres, osara cuestionar siquiera, los intereses de Elba Esther Gordillo oculta detrás de él. Y conste que se habló de desarrollo social…
Quizá el único detalle interesante fue cuando Peña Nieto cuestionó la honestidad a López Obrador con el acto de corrupción de René Bejarano recibiendo fajos de billetes con todo y liga… AMLO, tranquilo, respondió que le faltaba además, Ponce. Este está en la cárcel todavía —dijo—; Bejarano estuvo preso también pagando sus culpas, pero usted, protector del exgobernador del Estado de México, Arturo Montiel, con fuertes cargos de corrupción en su contra, está aquí contendiendo por la presidencia de la República… Peña no volvió a decir una sola palabra sobre el tema.
Josefina Vázquez Mota, a falta de profundizar en los temas se dedicó a “atacar” a Peña Nieto desde el principio pero no supo librarse de los señalamientos de éste por sus inasistencias a la legislatura como coordinadora del PAN. Eso sí, terminó diciendo que cuidará las políticas que mantienen al país en la paz y la estabilidad.
Ajenos a la realidad de México y sin ir más allá de la retórica trillada, este es el tipo de gobernantes que nos esperan el 1 de julio.
¿Qué hará usted con su voto?
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