martes, 20 de marzo de 2012

PEMEX Y USTED

Reynaldo Mota Molina

Se cumplen setenta y cuatro años de aquella epopeya en que Lázaro Cárdenas Del Río expropió el petróleo con el apoyo popular en 1938, convirtiéndolo en patrimonio nacional. De entonces a la fecha los gobiernos sucesivos del PRI y del PAN se han dedicado a saquear la industria petrolera que quedó concentrada en Petróleos Mexicanos (Pemex) con la complicidad del sindicato petrolero, que derivó en poderosa mafia corporativa al servicio de los gobernantes en turno por conveniencia o por la fuerza.

Durante todo este tiempo prácticamente nadie se ha ocupado del desarrollo, la innovación y la diversificación que las tecnologías modernas permiten en este campo a otros países incluso con menos recursos petroleros.

México está considerado uno de los principales productores de petróleo del mundo y, sin embargo, según una reciente filtración de Wikileaks al periódico La Jornada, México está a punto de convertirse en importador de petróleo (cable 10MEXICO514). El ex embajador estadounidense Carlos Pascual, informó a su gobierno el 12 de febrero de 2010 que “debido a la disminución en la producción del principal campo petrolero de México (Cantarell, sonda de Campeche) y a la baja inversión de Pemex en labores de exploración y extracción, la producción mexicana de crudo disminuye rápidamente y el país puede convertirse en un importador neto en cinco años”. En el despacho, el diplomático informa que silenciosamente la administración estadounidense se ha involucrado, a solicitud del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, en áreas relacionadas con el sector energético nacional.

La actitud apátrida del gobierno calderonista no tiene límites. Otro cable de Wikileaks en La Jornada evidencia el doble discurso de Calderón: “Georgina Kessel —ex secretaria de Energía— dijo al embajador Pascual el 13 de agosto de 2009, que la propuesta mexicana de negociar un tratado bilateral para la explotación de yacimientos transfronterizos proporciona una ventana de oportunidad a ambos países para avanzar de manera constructiva en el sensible tema de la producción de petróleo”. El ex embajador Pascual lo expuso de la siguiente forma: “Los comentarios de la secretaria Kessel muestran que mientras el gobierno de México presentará al público mexicano las negociaciones sobre yacimientos transfronterizos como un esfuerzo por defender los recursos naturales del país, el gobierno ve el tratado como una importante oportunidad para que Pemex trabaje con compañías petroleras internacionales y obtenga experiencia en la perforación (de pozos) en aguas profundas. Por primera vez en décadas, la puerta para una asociación del gobierno de Estados Unidos con México en materia de petróleo se ha abierto”.

El Acuerdo fue firmado el 20 de febrero pasado ante Felipe Calderón por Patricia Espinosa, canciller de México y Hillary Clinton, secretaria estadounidense de Estado, y deberá ser ratificado por el Senado para consumarse el acto vende patrias.

No conforme, Pemex emitió en enero la segunda convocatoria para que empresas privadas nacionales y extranjeras realicen la explotación de campos maduros de la región norte del país a través de la cesión de las actividades sustantivas de Pemex Exploración y Producción (PEP), el organismo más importante de la industria petrolera mexicana y se incluyen áreas contractuales de Arenque y Atún en Altamira, Pánuco, San Andrés y Tierra Blanca.

Con paroxismo demencial Calderón se ufana de “salvar” a Petróleos Mexicanos: “Alcanzó ya una tasa de más de ciento por ciento en la restitución de reservas probadas, con lo cual se garantiza la producción permanente de hidrocarburos, su viabilidad de largo plazo, y con ello que siga siendo palanca para el desarrollo nacional…”. ¿Cuál?

Pero la realidad es cruda: La deuda de Pemex durante el sexenio de Felipe Calderón estimada al cierre de 2012, será de 59 mil 900 millones de DÓLARES.

El saqueo de Pemex —vía fiscal— en la década panista alcanza 5 BILLONES de pesos derrochados en “servicios” personales, contratos transnacionales y demás…

¿Qué diría don Lázaro si viviera?

¿Qué dice usted en cada gasolinazo?
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