Reynaldo Mota Molina
No quisiéramos caer en el juego de las encuestas manipuladas pero tampoco podemos permanecer ajenos a sus efectos. Lo acontecido después que Felipe Calderón presentó su información tendenciosa a un grupo de banqueros favoreciendo la posición de Josefina Vázquez Mota en la intención del voto ha tenido los resultados calculados por sus tenebrosos asesores.
A pesar de que todos sabemos, y a pesar de lo que se diga incluso por las mismas empresas encuestadoras que son reconocidas por el IFE, de que las encuestas no son inductivas ni definitorias, ni siquiera completamente veraces, en el mejor de los casos, por el grado de error que contienen en el trabajo de campo y porque la persona encuestada es generalmente tomada sorpresivamente y desconoce la metodología que la empresa está empleando; porque el universo que cada una mide es distinto —algunas sólo encuestan determinados sectores o segmentos de la sociedad, otras, determinadas entidades federativas y muy pocas a nivel nacional— lo cierto es que en términos generales dichas encuestadoras coinciden durante la última semana en que Peña Nieto ha descendido, Vázquez Mota ha subido y López Obrador se mantiene en tercer lugar a distancia de ellos.
Cierto o falso —tampoco se puede confiar plenamente en la ética profesional de las encuestadoras y de que sean incorruptibles— la machacona repetición de estos resultados en los medios masivos de comunicación, principalmente la televisión, pero también la radio y la resonancia en Internet, por supuesto que inciden en la intención del elector consciente o inconscientemente, en el peor de los casos.
Si a esto le añadimos la “coincidente” labor de Felipe Calderón haciendo demagógicos llamados a los gobernadores y a la sociedad a combatir el crimen organizado, más el otorgamiento de créditos para la vivienda, el apoyo de los programas de ahorro de energía, y precisamente ahora, después de darle largas y más largas, la entrega de apoyos a los ex braceros que trabajaron en Estados Unidos entre los años 1942 y 1964, empezando específicamente por Michoacán, entre otras “estratégicas” acciones reforzadas con la aparición constante de Josefina en dichos medios, es evidente el claro objetivo de arrancarles votos a los priistas y a las izquierdas que consecuentemente se irán con la finta.
Se requiere de la atención analítica del elector para distinguir entre lo que es una estrategia oportunista y engañosa y lo que es objetivamente cierto.
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