Reynaldo Mota Molina
El periódico estadounidense “The New York Times” (NYT) publicó el 21 de abril que la subsidiaria de Wal-Mart en México (Wal-Mex) pagó más de 24 millones de dólares en sobornos a funcionarios mexicanos, alcaldes, concejales, planificadores urbanos y burócratas que expedían permisos de construcción, con el fin de construir cientos de nuevas tiendas tan rápido, que sus competidores no tuvieran tiempo de reaccionar y así ganar el dominio del mercado mexicano.
Como siempre, esto fue conocido debido a una denuncia, en este caso, de Sergio Cícero Zapata, ex abogado de bienes raíces de Wal-Mart, quien señaló que la empresa usó los sobornos para facilitar cambios de zonas en los mapas, desvanecer objeciones ambientalistas y permisos, que normalmente toman meses para su resolución, se materializaran mágicamente en solo días.
Esto confirma lo que informamos a nuestros lectores en la edición de EL MENSAJERO de la Sierra Gorda correspondiente al 6 de octubre de 2004 bajo el título “Teotihuacan en venta” —en cuanto nos enteramos del increíble despojo de una parte del territorio histórico-cultural, que es Patrimonio de la Humanidad y de todos los mexicanos—, para la construcción de una Bodega Aurrerá que se encontraba ya en proceso.
A partir de entonces iniciamos un RECLAMO PERMANENTE en la prensa escrita, mismo que mantenemos hasta la fecha en nuestro blog http://puntosvista.blogspot.mx/ sin ningún resultado hasta ahora.
Pues bien, el ex ejecutivo de Wal-Mart proporcionó nombres, montos y fechas de los sobornos, que el diario omitió en su publicación, porque estaba bien enterado debido a que durante años fue el abogado encargado de obtener los permisos de construcción para dicha empresa.
Por su parte, NYT inició una investigación con base en dicha denuncia, en la que identificó a Eduardo Castro-Wright, en ese entonces director de Wal-Mex, como la fuerza motora detrás de los sobornos que eran parte de una estrategia expansiva de negocios para obtener permisos, mediante una campaña de cohechos, para la construcción de tiendas “virtualmente en cada rincón del país”.
Wal-Mart, con sede en Bentonville, Arkansas, inició una investigación interna en septiembre de 2005, después de la información de Cícero Zapata. En la indagatoria NYT encontró que los directivos de la empresa en Estados Unidos, cerraron el caso sin notificar a las autoridades estadounidenses ni a las mexicanas, y Castro-Wright fue promovido a vicepresidente en 2008 por sus extraordinarios resultados en México.
En entrevistas y documentos investigados por el diario neoyorquino se muestra que los ejecutivos de la compañía estaban conscientes que la corrupción afectaría el precio de sus acciones si se daba a conocer, en parte, al afectar la imagen de éxito de Wal-Mart México, lo cual aconteció de inmediato. Hasta este martes las acciones de Wal-Mex registran un desplome de 12.01 por ciento en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y de 4.9 en Wall Street.
Como era de esperarse, el gobierno calderonista sale en defensa de la mayor cadena minorista del país ante los actos de soborno, y Luis Téllez, presidente de la BMV, declara que, “sin lugar a dudas Wal-Mex ha generado riqueza en el sentido amplio de la palabra”, en términos de empleo, de ingreso para sus trabajadores —ignorando las miles de quejas laborales que existen— y de darle al consumidor mexicano oportunidades de consumo, y agregó: “En lo que concierne a la BMV, en los requerimientos de información, estados financieros, Wal-Mart siempre ha cumplido al pie de la letra todos sus compromisos”.
Scot Rank, presidente ejecutivo y director comercial de la cadena, informa que durante 2011 “inauguramos 365 unidades operativas en México: 42 Bodegas Aurrerá, 60 Mi Bodega Aurrerá, 208 Bodegas Aurrerá Express, 21 Wal-Mart, 16 Sams Club, 13 Superamas, 4 Suburbia y un restaurante Vips”. Las sucursales que Wal-Mart inauguró en México el año pasado cuadriplican las 76 que abrió para toda Centroamérica. Con tal incremento de sucursales, la cadena alcanzó las 2 mil 87 tiendas de distinto tipo en todo el territorio nacional. Prácticamente por cada supermercado la empresa abrió cinco bodegas en el país y logró incrementar sus ventas en 13 por ciento en ese año, al llegar a 379 mil millones de pesos, mientras su utilidad neta fue de 22 mil 258 millones de pesos, según sus reportes financieros.