Cuando andaba en campaña Felipe Calderón Hinojosa alardeaba de ser el “hijo desobediente” de su familia y entonces sus compinches lo aplaudían como virtud, pero a lo largo del sexenio hemos visto que es uno de sus grandes defectos como “gobernante”, porque irresponsablemente se pasa por el “arco del triunfo” la Constitución, leyes y acuerdos nacionales y los internacionales a los que México está obligado a atender por haberlos suscrito; todo lo que sea con tal de complacer las exigencias de sus acreedores políticos, económicos y de la mafia que lo sentaron en la silla presidencial en el 2006.
Así, por ejemplo, hizo el madruguete de destapar a Ernesto Cordero Arroyo como su sucesor en 2012, al que previamente nombró secretario de Hacienda y Crédito Público para que tuviera algún “mérito”. Pero éste, lo que ha tenido son desatinos: 6 ó 7 gasolinazos —ya perdimos la cuenta— en lo que va del año, pero Cordero dice que éstos no causan inflación, sin embargo, ésta se ha incrementado a 3.36 por ciento a abril pasado y en los tres años recientes, al mismo mes, ingresaron a la pobreza alimentaria 3.7 millones de mexicanos. Se estima que la quinta parte de la población carece de recursos para adquirir la canasta básica, según el Instituto Politécnico Nacional.
En una de sus muchas burradas Cordero Arroyo dijo, en febrero pasado, que con 6 mil pesos mensuales se puede pagar casa, coche y hasta escuelas particulares para los hijos. En tono de irreflexivo insulto argumentó que por “exigentes”, los mexicanos no perciben la recuperación económica que es un hecho que ya se traduce en bienestar de la población…
Otra más: Ante empresarios e invitados de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dice que “hace mucho años” México dejó de ser un país de pobres para convertirse en uno de clase media “en vías de consolidación” e insistió en que actualmente los mexicanos pueden adquirir un auto, una casa o recibir un crédito…
Después, como Calderón, ha tenido qué “aclarar” sus declaraciones con más declaraciones. Decir y desdecir es la tónica de ambos, reflejo de su mediocridad.
Vivir fuera de la realidad, además de profunda irresponsabilidad, son características de los suspirantes panistas a la presidencia de la República:
Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública, declaró estar listo para ser presidente, pero la “maestra” Elba Esther lo paró en seco y lo regañó por andarse saliendo del huacal. También tuvo que “aclarar” su declaración. Después, ufano, dijo ante representantes de los medios de comunicación, empresarios y organizaciones de instituciones públicas, que las telenovelas pueden ser un instrumento importante para abatir el analfabetismo y el rezago educativo y que la televisión “es el instrumento más poderoso para la educación de millones y millones de personas”. Seguramente pensaba en programas como “La Escuelita”, “La Familia Peluche” y tantísimos más, que lo que hacen es una pésima mala educación que se refleja en lenguaje y actitudes vulgares de los televidentes.
Otro espécimen es Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo y Previsión Social, considerado en los círculos políticos como personaje reactivo, conflictivo e intransigente, profesional de la grilla, pero ante todo, funcionario ineficaz e irresponsable como lo ha demostrado con los conflictos del Sindicato Mexicano de Electricistas, del sindicato de Mineros, de Mexicana de Aviación, la entrega a empresarios de las reformas a la ley laboral, que lo ubican como franco enemigo de los trabajadores.Estas son las “mejores” cartas que tiene el Partido Acción Nacional (PAN) para suceder a Felipe Calderón en 2012. ¡Ah!, también andan flirteando por ahí Josefina Vázquez Mota, apagafuegos de Calderón; Santiago Creel, ninguneado por segunda ocasión; el nefasto Juan Molinar Horcasitas, uno de los responsables de la tragedia de la Guardería ABC; El gris Gustavo Madero, presidente del PAN y hasta Margarita Zavala y otros más.
¡Malos presagios!
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