Después de que Humberto Moreira Valdés, gobernador de Coahuila con licencia y presidente nacional del PRI, condenara a fines de mayo pasado los “expedientes negros” que, supuestamente, tiene preparados el gobierno de Felipe Calderón como arma secreta con efectos para el 2012, en términos como éste: “el terrorismo político con el que ‘rumorólogos’ del gobierno federal pretenden cuestionar la honorabilidad de ex gobernadores del tricolor, aun cuando en sus respectivas gestiones dieron muestra de su compromiso en la lucha contra el crimen organizado”, Moreira es el objetivo del siguiente misil dirigido a través de su secretario de Administración, Vicente Chaires Yáñez y de Lorenzo Schuessler Reyes, acusados por el senador panista Federico Döring ante la PGR, de enriquecimiento inexplicable durante el gobierno de Humberto Moreira.
Ambos prestanombres de Moreira, según Döring, tienen cuantiosas inversiones en México y en Estados Unidos que suman millones de dólares cuya procedencia deberán explicar en el juicio que se les acaba de abrir y que supone desvío de recursos públicos hasta ahora administrados por Javier Villarreal Hernández, exsecretario de Finanzas, nombrado Secretario Ejecutivo del Sistema de Administración Tributaria (SAT) de Coahuila, bajo un sombrío entramado blindado con carácter transexenal, en donde seguramente saldrá mal parado el presidente del PRI en momentos cruciales de los procesos electorales. ¿A eso se deberá su súbita desaparición de los medios de comunicación?
En Coahuila habrá elecciones para gobernador el próximo 3 de julio y encabeza la intención del voto Rubén Moreira Valdés, hermano de Humberto, con 64.3 por ciento, contra 15.1 por ciento del panista Guillermo Anaya Llamas.
Todo cuanto está aquí en juego, no es cualquier cosa, y la caldera electoral sigue aumentando de presión…
Ante la inminencia de las elecciones en Hidalgo, Coahuila, Estado de México y Nayarit, el próximo mes de julio y de Michoacán en noviembre, y sus efectos en el proceso electoral del 2012, Felipe Calderón ha roto lanzas con el PRI —al menos aparentemente— y en cuanto puede despotrica en contra de éste mientras magnifica su actividad proselitista a favor del PAN. Ante el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) insistió, sin sustento, en comparar los supuestos logros de su gobierno en materia económica, de seguridad, educación e infraestructura, con las condiciones que prevalecieron en el país durante el régimen priísta. Acusó que en el pasado, el mal manejo de la economía “reventó al país”. Que en seguridad, antes se le sacaba la vuelta al tema. En infraestructura, que jamás se había construido tanto como en su gobierno y, en educación, en México se gradúan más ingenieros y técnicos que en Alemania, Brasil y Canadá; mientras que en salud está a punto de alcanzarse la cobertura universal.
Por otro lado, ante la presión de sus acreedores políticos y empresariales porque el tiempo se acaba, Calderón está tan urgido de que el Congreso apruebe la reforma política, la laboral, la ley de seguridad, y otras materias pendientes en la Cámara de Diputados, como la ley de asociación pública y privada, ley anticorrupción, lavado de dinero y del sistema penitenciario, entre otras, que instó a los diputados a convocar a un período extraordinario de sesiones para destrabarlos. Los diputados, al fin y al cabo, socarrones, adujeron las “razones” que tienen para mantener todavía por algún tiempo… algunos de los temas pendientes aunque, dicen, están trabajando en ellos, al tiempo que reviraron el exhorto: “Corresponde al PAN hacer eco del llamado del Ejecutivo federal, para realizar un periodo extraordinario, dado que ellos encabezan la Junta de Coordinación Política en San Lázaro”, dijo el presidente de la Cámara de Diputados, el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín, mientras refería que el PRI no rehúye a la responsabilidad de desahogar reformas pendientes.
Pero esta congelación contribuye a aumentar el calentamiento de la caldera... ¡Qué contradicción!
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