En los últimos cuatro meses Felipe Calderón ha dado a conocer tres decálogos para activar —dice— su gobierno, y de este tercero, va solamente la primera parte…, o sea, que aún hay más. El problema está en que de los tres no se hace uno, que sea congruente y mucho menos creíble o confiable.
De origen, provienen de un gobernante cuya legitimidad está en entredicho y cuyas acciones durante sus primeros tres años han sido erráticas y fallidas. Baste traer a la memoria la militarización del país bajo el pretexto de una "guerra" contra el crimen organizado que sólo ha servido para la degradación del ejército y el abuso sobre la población civil cobijado bajo la impunidad oficial; la controvertida reforma energética para privatizar el petróleo principalmente; el peor manejo en el mundo de la crisis económica, que no completamente "vino de fuera"; el manejo errático de la pandemia pasada —de la actual todavía está en veremos—, y para mayor descrédito:
Al responsable del mal manejo de las finanzas públicas —caída del 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)—, Enrique Carstens, lo manda a gobernar el Banco de México (BANXICO) en venganza personal contra Guillermo Ortiz. A Carstens, cuya experiencia financiera a pesar de todo es de veintiún años y ni asi pudo, lo substituye en la crucial Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con Ernesto Cordero de apenas un año y meses de experiencia en las finanzas públicas, pero ambos sus incondicionales.
Proveniente de la Secretaría de Desarrollo Social, Cordero deja este cargo reconociendo que "otros seis millones de mexicanos están en pobreza extrema…". Con estas credenciales tendrán en sus manos uno de los ejes fundamentales de la nación: el económico-financiero.
Si el Senado sirviera para lo que dice la Constitución —letra muerta— no hubiera aceptado tales nombramientos. Con ello se retrocede cuarenta años, cuando Luis Echeverría decía que la economía del país se maneja en Los Pinos… ¿De qué sirvió la autonomía del Banco de México que costó tantos años de verdadera lucha?
Desde luego, concentrar en un monopolio como BANXICO-SHCP el control financiero de la República Mexicana tiene objetivos electorales para el 2012. Felipe Calderón se amuralla y con el monopolio en sus manos podrá hacer y deshacer cuanto sea preciso para conservar el poder a favor del PAN, estado por estado, institución por institución. Lo increíble en las condiciones actuales es el sometimiento del Senado.
Sin embargo, débil políticamente, sin mayoría en el Congreso, Calderón propone una reforma política "de fondo" cuando éste está a punto de salir de vacaciones y será tiempo propicio para cabildear los diez puntos de su propuesta, entonces, ¿de que se trata? ¿Será un simple distractor para tener libre el manejo del monopolio económico-financiero?
El nuevo decálogo tiene varias lecturas: Por ejemplo, la segunda vuelta en las elecciones presidenciales, a la que inmediatamente se opuso el PRI, parece tener dedicatoria a evitar que la izquierda llegue al poder mediante la alianza de las derechas del PAN y del PRI, en el caso necesario.
La reelección de legisladores y presidentes municipales hasta por doce años trastoca el principio histórico, en primer lugar, de la "no reelección" que fue el pivote de la revolución de 1910. Calderón dice fortalecer así la capacidad ciudadana para vigilar y evaluar el trabajo de sus representantes —en teoría—, pero deja fuera de este contexto al presidente de la República y a los gobernadores, que no solamente deben ser vigilados y evaluados, sino que debe existir la figura legal de la revocación del mandato que, inexplicablemente, omite. Esto genera desconfianza. ¿De qué se trata, pues?
Escuche usted la Mesa de Análisis de Carmen Aristegui sobre la reforma propuesta. De clic en la liga: http://www.mvsnoticias.com/ver_noticia.cfm?id=12644
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