Esta semana sucedieron dos hechos infaustos relacionados con el ámbito del huapango: Por un lado, se hizo necesario que Guillermo Velázquez, poeta y director de Los Leones de la Sierra de Xichu, hiciera públicos los motivos por los que durante las tres últimas ediciones del Festival Internacional Cervantino (FIC), que cada año se realiza en la ciudad de Guanajuato en el mes de octubre, no fuera invitada dicha agrupación arribeña que durante 16 años se presentó en la Alhóndiga de Granaditas, después de que tanto Juan Alcocer, titular del Instituto Estatal de la Cultura de dicho estado, como Lidia Camacho, directora del mencionado festival cervantino, falsearan a la prensa las verdaderas causas de su ausencia, ante los cuestionamientos de los reporteros incluyendo la corresponsal de la revista Proceso.
En el “Comunicado a la Opinión Pública” difundido por Guillermo Velázquez el 21 de julio, que consta de diez cuartillas, el poeta puntualiza pormenores que llevaron a externar molestias de ciertos políticos locales incluyendo al actual gobernador, Juan Manuel Oliva, quien desde el principio de su gobierno mostró hostilidad al trabajo de Los Leones de la Sierra de Xichu.
“Quiero terminar diciendo —expresa Guillermo— que convocamos a esta conferencia de prensa para ejercer nuestro derecho de réplica y para dejar muy claro que si bien el FIC y el Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato están en libertad de invitar o excluir de sus programaciones a quien ellos quieran, a lo que no tienen derecho es a mentir, ni por salir del paso, ni por desdén, ni por quedar bien con el gobernador en turno, ni por ninguna razón”.
El otro infortunado caso es el desmantelamiento del museo de Nicandro Castillo, célebre compositor de huapangos como “Las Tres Huastecas”, “El Hidalguense”, “La Pasión” y muchísimos más, que son tesoro del acervo cultural de la nación, instalado en un inmueble “propiedad” de la iglesia de Xochiatipan, Hidalgo, su tierra natal, que constaba de más cien piezas entre las que se contaban objetos personales del autor y trovador.
El desalojo promovido por el párroco Catalino Domingo Hernández y el presidente municipal, Martín Hernández Bautista, para instalar en el lugar oficinas parroquiales, confirma que “nadie es profeta en su tierra”.
Alejandra Castillo, hija de Nicandro, narró que cuando comenzaron a sacar las piezas, vecinos del lugar le avisaron. "Acudí con dos camionetas para resguardar estas piezas"; sin embargo, un busto de su padre se perdió. Adelantó que en breve se abrirá un museo en Huejutla de Reyes, lugar donde su padre vivió los últimos años de su vida. "Allá sí lo quieren y ya conseguimos se done un terreno, el gobernador Francisco Olvera y las autoridades de turismo y cultura se comprometieron a ayudarnos". Adelantó que en breve dará a conocer un disco con canciones inéditas de Nicandro Castillo.
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