Reynaldo Mota Molina
¿En qué onda, en qué frecuencia se mueve Felipe Calderón? ¿Hacia dónde va y a qué le tira? Creemos que nadie lo sabe y menos lo entiende…, en lo que va de su sexenio —tres años y medio— ha realizado 18 ajustes en su gabinete, los más, desafortunados, y todos ineficientes; baste con mencionar a la PGR cuyos resultados son del 98 por ciento de investigaciones no resueltas y solamente 2 por ciento de sentencias dictaminadas… y faltaría ver si ejecutadas.
¿En qué onda, en qué frecuencia se mueve Felipe Calderón? ¿Hacia dónde va y a qué le tira? Creemos que nadie lo sabe y menos lo entiende…, en lo que va de su sexenio —tres años y medio— ha realizado 18 ajustes en su gabinete, los más, desafortunados, y todos ineficientes; baste con mencionar a la PGR cuyos resultados son del 98 por ciento de investigaciones no resueltas y solamente 2 por ciento de sentencias dictaminadas… y faltaría ver si ejecutadas.
Hasta ahora van cuatro cambios en la secretaría de Gobernación: Francisco Ramírez Acuña, Juan Camilo Mouriño(†), Fernando Gómez Mont, José Francisco Blake Mora. El organismo más importante para la conducción del país, que tiene qué ver con la gobernabilidad federal, la articulación de políticas de Estado, la preservación de la paz social y la búsqueda de concertaciones y mediaciones con las distintas fuerzas políticas, sociales y económicas, es puesto una vez más en manos inexpertas pero amigas incondicionales de Calderón.
El último reemplazo es todavía menos comprensible si se considera el rotundo fracaso de Blake Mora en los recientes comicios de Baja California en los que actuó como operador político, desde la secretaría estatal de gobierno, de los candidatos panistas a alcaldes y diputados que fueron aplastados por los priístas.
En la secretaría de Economía van tres: Eduardo Sojo Garza-Aldape, Gerardo Ruiz Mateos, Bruno Ferrari. Instancia vital para el desarrollo del país, que tiene qué ver con el fomento del empleo, de la productividad y de la competitividad, del diseño de políticas industriales y del impulso del comercio internacional, es arrebatada —por lo visto— por la tenebrosa ultraderecha en la figura de Bruno Ferrari, compañero de aula de Calderón en la Escuela Libre de Derecho, cuya experiencia política es prácticamente nula pero, en cambio, tiene una profunda formación pararreligiosa, ligado con empresarios regiomontanos y con el pederasta Marcial Maciel(†), fundador de la Legión de Cristo. Fue extraído de la dirección del fideicomiso Proméxico, organismo del Banco de Comercio Exterior, encargado de promover las inversiones extranjeras en México que, por cierto, acaba de ser sacado de la lista de los 50 países idóneos para la inversión extranjera directa.
Como colofón, la escisión del gabinete presidencial hizo crisis y reventó con la salida de Patricia Flores Elizondo, jefa de la Oficina de la Presidencia —“La mujer que mueve Los Pinos”, le llamó la revista Quién— y de Maximiliano Cortázar Lara, coordinador de Comunicación Social, amigo incondicional de Calderón, que habían formado grupos antagónicos dentro del gabinete.
Las principales carteras de la agenda nacional entregadas a inexpertos en tiempos de profundas crisis a punto de estallar no tienen pies ni cabeza. ¿A qué juega Calderón?, pero todos estamos en el barco que hace agua por todos lados… ¿Qué esperamos?
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