Por Lic. Reynaldo Mota Molina
Con el acceso al poder de los gobiernos panistas (Fox y Calderón) el periodismo libre ha sido particularmente agredido y acallado, hasta donde les es posible, porque son intolerantes a la crítica, al análisis de su actuación, a las observaciones a sus desmanes —a través de un ejercicio puramente democrático— y, en cambio, son proclives a la corrupción, al tráfico de influencias, a la impunidad, a la represión y, además, vendepatrias, como no se vio antes aún en los gobiernos más abyectos del priísmo.
Así, acallaron voces como MONITOR —toda una organización modelo de información verídica— del periodista José Gutiérrez Vivó, y a Carmen Aristegui, una de la periodistas más prestigiadas de México, además de otros medios y periodistas incluyendo las radiodifusoras comunitarias.
Los ojos del mundo están puestos en México; observan y reconocen la valía de los periodistas y pensadores libres. De esta forma Carmen Aristegui acaba de recibir el premio María Moors Cabot que otorga la Universidad Columbia de Nueva York en reconocimiento a la excelencia periodística. El jurado destacó su trabajo para “dar voz a los mexicanos que de otra manera no serían escuchados criticando a las instituciones más poderosas de su país”. Indicó que tras su marcha de W Radio, la periodista “sigue explicando, celebrando y exponiendo lo que es grandioso y lo que está mal en México y en el hemisferio”. “Su coraje —agregó— sirve como ejemplo para los periodistas, sobre todo mujeres, que luchan para hacerse oír. Paradójicamente, la línea editorial de Aristegui que provocó molestias al gobierno y empresarios de México le mereció el reconocimiento María Moors Cabot 2008.
Esta es la distinción internacional más antigua y de mayor reconocimiento en el campo del periodismo —establecida hace setenta años—. Otros mexicanos que la han recibido son don Julio Scherer García, fundador de la revista Proceso, en 1971; Jesús Blancornelas, en 1998; Jorge Cepeda Patterson, en 1999; Elena Poniatowska, en 2004, entre otros.
Todos saben que “México es el país más peligroso del hemisferio para ejercer el periodismo actualmente”, como afirmó Gonzalo Marroquín, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en la Asamblea General de esta sociedad reunida en Madrid. El documento presentado denuncia agresiones e intimidaciones a medios de comunicación; falta de voluntad de los gobiernos para investigar crímenes contra periodistas; uso de la publicidad oficial para presionar y controlar; y ataques verbales de autoridades contra los medios. "El ejercicio del periodismo en México se desarrolla en medio de la peor espiral de violencia que han vivido los mexicanos en los últimos años", denunciaron editores de México.
La Misión Internacional de Periodistas que visitó varias ciudades mexicanas en abril pasado, integrada por representantes de once asociaciones nacionales e internacionales, advirtió que los principales obstáculos para el ejercicio periodístico en México son el crimen organizado, la corrupción y la omisión del Estado para proporcionar protección y asegurar la seguridad de los periodistas.
Aún así, el gobierno calderonista no logra acallar el periodismo y el pensamiento libres. Son aun muchos los espacios que sobreviven en los diferentes medios y, por otro lado, cada día surgen nuevos espacios cibernéticos que al no tener acceso a la información veraz a través de los medios controlados, buscan dar y obtener ésta por medio de blogs y otras variantes en Internet. Las voces libres y comprometidas con la verdad y con la sociedad jamás podrán ser calladas.
Con el acceso al poder de los gobiernos panistas (Fox y Calderón) el periodismo libre ha sido particularmente agredido y acallado, hasta donde les es posible, porque son intolerantes a la crítica, al análisis de su actuación, a las observaciones a sus desmanes —a través de un ejercicio puramente democrático— y, en cambio, son proclives a la corrupción, al tráfico de influencias, a la impunidad, a la represión y, además, vendepatrias, como no se vio antes aún en los gobiernos más abyectos del priísmo.
Así, acallaron voces como MONITOR —toda una organización modelo de información verídica— del periodista José Gutiérrez Vivó, y a Carmen Aristegui, una de la periodistas más prestigiadas de México, además de otros medios y periodistas incluyendo las radiodifusoras comunitarias.
Los ojos del mundo están puestos en México; observan y reconocen la valía de los periodistas y pensadores libres. De esta forma Carmen Aristegui acaba de recibir el premio María Moors Cabot que otorga la Universidad Columbia de Nueva York en reconocimiento a la excelencia periodística. El jurado destacó su trabajo para “dar voz a los mexicanos que de otra manera no serían escuchados criticando a las instituciones más poderosas de su país”. Indicó que tras su marcha de W Radio, la periodista “sigue explicando, celebrando y exponiendo lo que es grandioso y lo que está mal en México y en el hemisferio”. “Su coraje —agregó— sirve como ejemplo para los periodistas, sobre todo mujeres, que luchan para hacerse oír. Paradójicamente, la línea editorial de Aristegui que provocó molestias al gobierno y empresarios de México le mereció el reconocimiento María Moors Cabot 2008.
Esta es la distinción internacional más antigua y de mayor reconocimiento en el campo del periodismo —establecida hace setenta años—. Otros mexicanos que la han recibido son don Julio Scherer García, fundador de la revista Proceso, en 1971; Jesús Blancornelas, en 1998; Jorge Cepeda Patterson, en 1999; Elena Poniatowska, en 2004, entre otros.
Todos saben que “México es el país más peligroso del hemisferio para ejercer el periodismo actualmente”, como afirmó Gonzalo Marroquín, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en la Asamblea General de esta sociedad reunida en Madrid. El documento presentado denuncia agresiones e intimidaciones a medios de comunicación; falta de voluntad de los gobiernos para investigar crímenes contra periodistas; uso de la publicidad oficial para presionar y controlar; y ataques verbales de autoridades contra los medios. "El ejercicio del periodismo en México se desarrolla en medio de la peor espiral de violencia que han vivido los mexicanos en los últimos años", denunciaron editores de México.
La Misión Internacional de Periodistas que visitó varias ciudades mexicanas en abril pasado, integrada por representantes de once asociaciones nacionales e internacionales, advirtió que los principales obstáculos para el ejercicio periodístico en México son el crimen organizado, la corrupción y la omisión del Estado para proporcionar protección y asegurar la seguridad de los periodistas.
Aún así, el gobierno calderonista no logra acallar el periodismo y el pensamiento libres. Son aun muchos los espacios que sobreviven en los diferentes medios y, por otro lado, cada día surgen nuevos espacios cibernéticos que al no tener acceso a la información veraz a través de los medios controlados, buscan dar y obtener ésta por medio de blogs y otras variantes en Internet. Las voces libres y comprometidas con la verdad y con la sociedad jamás podrán ser calladas.
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