Reynaldo Mota Molina
Resulta obligado abordar el tema de la reaprehensión
de Joaquín Chapo Guzmán por el suceso
histórico —quiérase o no— que significa en todo su contexto y por haberse o
haberlo constituido en un símbolo de la delincuencia organizada con mayor éxito
en el mundo; sobra mencionar las publicaciones que lo ubicaron como uno de los
hombres más ricos y poderosos del planeta con el reconocimiento de las élites
políticas y económicas de aquí y de allá.
Más allá de la “operación quirúrgica” con que se
realizó el operativo de la reaprehensión
montado en el aparato mediático de Televisa, bajo el esquema de la época
calderonista, es necesario poner la atención en otros planos:
En el Foro Económico Mundial (FEM) realizado
recientemente en Davos, Suiza, no le fue nada bien a Enrique Peña Nieto en la
venta de los energéticos a la inversión extranjera a pesar de su política de
puertas abiertas debido a la inseguridad que vive México. A los dueños del
dinero no se les puede engañar con discursos, son más listos de lo que creen
los políticos, además de que poseen fuentes de información fidedignas y saben
lo que realmente sucede en cada lugar donde deciden poner un dólar.
El “socio” mayor en la persona de Barack Obama estuvo
aquí hace unos días y tuvo una breve reunión a puerta cerrada con Peña Nieto,
ambos preocupados porque la oferta del petróleo mexicano no sale por causa de
la inseguridad narcopolítica y en la implementación de la venta energética.
Algo había que hacer…, y qué mejor que un golpe
espectacular mediático que atrajera la atención de los remilgosos
inversionistas. Los mexicanos pueden quedarse sin su patrimonio nacional… ¡a
quién le importa!, pero los socios no pueden quedarse sin la preconcebida
avalancha de dólares con la que ya se frotan las manos. ¡Faltaba más…!
Había que preparar al mundo… y la revista Time, a unos días de la mencionada
reunión, presentó a Enrique Peña Nieto en su portada como el “Salvador de
México” mediante un amplio reportaje en sus páginas, que aquí resulta ridículo.
Justo después de la reunión acontece la reaprehensión
del Chapo Guzmán, el narcotraficante
más buscado del mundo en todo el mundo, al que no se le pudo localizar durante
trece años, pese a que “todos sabían dónde estaba”, según el obispo de
Sinaloa, y de quien “se necesitarían
cien mil soldados para cercarlo y ni así lo podrían aprehender”, según
declaraciones públicas de un exfuncionario calderonista.
Pero resulta
que el gobierno peñista en una “delicada y eficaz operación” orquestada por la
DEA (Administración Federal Antidrogas de Estados Unidos) y ejecutada por la
Secretaría de Marina, sorprendieron al famoso capo casi como al “Tigre de Santa
Julia”, sin un solo tiro y sin oponer resistencia… Lo que hace pensar a la Vox Populi que fue una acción
concertada, negociada y condicionada.
¿Cómo creerle al gobierno de Peña Nieto? Habrá que ver
con toda claridad, con peras y manzanas, que se le incautan las cuentas multimillonarias
en todo el mundo, que se descubren y
desmantelan las miles de empresas lícitas e ilícitas en los 53 países que
domina el Cártel de Sinaloa, que se apresan a los otros socios del Chapo: El Mayo Zambada y El Azul
Esparragoza y, sobre todo, que se encarcela a los funcionarios cómplices del
más alto nivel por lo menos, de los gobiernos de Vicente Fox, de Felipe
Calderón y del actual, ya que existen evidencias en Estados Unidos de que
Joaquín Chapo Guzmán, financió la
campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Entonces podremos empezar a creer…
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