Reynaldo Mota Molina
El hecho es tan trascendental
que cambiará para siempre la vida del país, como nación, y por ende la de los
mexicanos todos, incluyendo a los que aún no han nacido…
Esta era la premisa que el
Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus aliados nacionales y
extranjeros —¿o sería al revés, y el PRI fue solamente utilizado como ariete?— perseguían
con tal virulencia durante el proceso electoral del 2012 que no les importó
violar cuanta ley electoral existe en México con tal de que su “representante”,
Enrique Peña Nieto, resultara presidente de la República y una vez con la llave
en mano (léase Congreso de la Unión) abriera la puerta de la gran riqueza
nacional para beneficio de aquellos despojando al pueblo de su patrimonio. Al
fin y al cabo, como alguien dijo alguna vez: “El pueblo de México es un pueblo
indolente y cobarde…”.
Esto lo saben los políticos
vendepatrias y los demás… ¿Acaso pasó algo con los presuntos fraudes con la
financiera Monex y las otras instituciones bancarias? ¿O con los de Soriana? ¿Y
los otros, incluyendo los presuntos vínculos con el dinero ilícito de la
delincuencia organizada? …Y la vox populi
¿en dónde estaba…?
Cierto es que el PRI es un
aparato represor: lo vimos en el 68 en Tlatelolco; con los “halcones” en el 71
y en Atenco en 2006, por sólo mencionar tres ejemplos; pero lo vimos también el
1 de diciembre de 2012 durante la toma de protesta de Peña Nieto ante el
repudio generalizado de la ciudadanía: La fortificación del Palacio Legislativo
con infranqueables placas metálicas alrededor y cientos o miles de elementos de
la fuerza pública armados fue una ofensa para la ciudadanía y una provocación
previa, y la ya conocida infiltración de fuerzas obscuras desde el gobierno
para provocar confusión y culpar a los manifestantes del desorden, fue la
estrategia mostrada por “el nuevo” PRI.
También tiene otras sutilezas
que lograron desarticular las protestas del movimiento “Yo Soy 132” y de los
adherentes y acallar voces discordantes o incómodas, entre las que nos
encontramos, que nos dejaron fuera de circulación durante algunos meses.
Estamos convencidos que la voz
popular tiene que hacerse oír, manifestar libremente su opinión y reclamar la
información no alineada a la que tiene derecho. Cada quien determinará lo que
juzgue conveniente pero merece estar presente en las determinaciones que
afectan su vida y la de sus descendientes por el solo hecho de ser ciudadano
mexicano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario