lunes, 27 de enero de 2014

ESTADO DE EMERGENCIA

Reynaldo Mota Molina

Desde hace tiempo Javier Sicilia, defensor de los derechos de las víctimas de la violencia que vive México, de la cual Javier es una de ellas, ha denunciado que la situación del país es un Estado de Emergencia debido a la inseguridad que se ha extendido en el territorio nacional por la actividad del crimen organizado y la ineficacia de las autoridades para sofocarla.

Efectivamente, el Estado de Derecho que tanto pregonan los políticos hace mucho que fue atropellado y reducido a minusválido por el propio gobierno en sus tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y solo se activa cuando alguien no tiene recursos ni influencias o bien cuando conviene al mismo gobierno. Entonces recobra fuerzas y se aplica con vigor.

Los acontecimientos en la Tierra Caliente de Michoacán son una realidad cruda de ese Estado de Emergencia por el involucramiento de la delincuencia organizada, las autodefensas ciudadanas, las fuerzas policiacas federales y el ejército, amén de la ciudadanía michoacana y, sin embargo, la respuesta del gobierno federal para afrontarlo resulta inadecuada, ineficaz y errática; por lo pronto, ya tuvo un costo de tres muertes, cuando menos, a manos del ejército mexicano en un evento sin violencia; las autodefensas ciudadanas seguirán armadas pese a las declaraciones de los funcionarios del gobierno en sentido contrario; y ni dichas autodefensas ni el Congreso local se tomaron en cuenta para establecer un pacto de seguridad —uno más— para “resolver” la emergencia.


El resultado es confuso e incierto: Enrique Peña Nieto nombra a Alfredo Castillo Cervantes, su ex procurador en el Estado de México, Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán o lo que esto signifique, toda vez que desde que firmó dicho pacto el gobernador, Fausto Vallejo, no aparece por ningún lado.

El asesinato de tres civiles —una jovencita entre ellos— por soldados, ¿quedará impune?

El surgimiento y acciones de las autodefensas ciudadanas están enfocadas —dicen— a acabar con el cártel de Los Caballeros Templarios en el estado de Michoacán; esto lo sabe el gobierno federal, pero también sabe —tiene que saberlo porque para eso dispone de un sofisticado y moderno sistema de inteligencia (léase espionaje)— que le permite saber quiénes son éstos, dónde están, cuáles son sus negocios, cuáles son sus empresas, etcétera, etcétera y, sin embargo, no ataca lo fundamental: el patrimonio financiero que nutre su actividad criminal. ¿Alfredo Castillo le entrará al toro…?
  
A la confusión creada se añade el mensaje difundido por Televisa de José Manuel Mireles Valverde, uno de los líderes principales de las autodefensas ciudadanas, quien, contra su costumbre, lee el mensaje deponiendo las armas y las movilizaciones de los grupos de autodefensa como consecuencia del Acuerdo de Seguridad, para, al momento que se transmitía dicho mensaje, emitir uno distinto, contraponiendo lo anterior ante periodistas confiables convocados para tal fin. El doctor Mireles se recupera del accidente (?) aéreo sufrido hace unos días.

jueves, 9 de enero de 2014

EL PUEBLO AUSENTE

Reynaldo Mota Molina

¿Dónde está México? ¿Dónde está el pueblo de México? ¿Dónde está la Vox Populi? Pareciera que salvo algunas excepciones ciudadanas desorganizadas y desarticuladas el país está desierto porque casi nadie habla, casi nadie es capaz de decir algo ante los acontecimientos perpetrados por el gobierno de Enrique Peña Nieto contra el pueblo de México, cuyo último atraco del 2013 fue cometido el día 12 de diciembre, precisamente cuando la atención del mexicano está centrada en la manifestación de su fervor guadalupano. Nos referimos a la proclamación de las reformas constitucionales que abren de par en par las puertas para entregar el máximo patrimonio nacional, el petróleo, signo de nuestra identidad, a manos extranjeras y a una pequeña élite local.

El hecho es tan trascendental que cambiará para siempre la vida del país, como nación, y por ende la de los mexicanos todos, incluyendo a los que aún no han nacido…

Esta era la premisa que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus aliados nacionales y extranjeros —¿o sería al revés, y el PRI fue solamente utilizado como ariete?— perseguían con tal virulencia durante el proceso electoral del 2012 que no les importó violar cuanta ley electoral existe en México con tal de que su “representante”, Enrique Peña Nieto, resultara presidente de la República y una vez con la llave en mano (léase Congreso de la Unión) abriera la puerta de la gran riqueza nacional para beneficio de aquellos despojando al pueblo de su patrimonio. Al fin y al cabo, como alguien dijo alguna vez: “El pueblo de México es un pueblo indolente y cobarde…”.

Esto lo saben los políticos vendepatrias y los demás… ¿Acaso pasó algo con los presuntos fraudes con la financiera Monex y las otras instituciones bancarias? ¿O con los de Soriana? ¿Y los otros, incluyendo los presuntos vínculos con el dinero ilícito de la delincuencia organizada? …Y la vox populi ¿en dónde estaba…?

Cierto es que el PRI es un aparato represor: lo vimos en el 68 en Tlatelolco; con los “halcones” en el 71 y en Atenco en 2006, por sólo mencionar tres ejemplos; pero lo vimos también el 1 de diciembre de 2012 durante la toma de protesta de Peña Nieto ante el repudio generalizado de la ciudadanía: La fortificación del Palacio Legislativo con infranqueables placas metálicas alrededor y cientos o miles de elementos de la fuerza pública armados fue una ofensa para la ciudadanía y una provocación previa, y la ya conocida infiltración de fuerzas obscuras desde el gobierno para provocar confusión y culpar a los manifestantes del desorden, fue la estrategia mostrada por “el nuevo” PRI.



También tiene otras sutilezas que lograron desarticular las protestas del movimiento “Yo Soy 132” y de los adherentes y acallar voces discordantes o incómodas, entre las que nos encontramos, que nos dejaron fuera de circulación durante algunos meses.

Estamos convencidos que la voz popular tiene que hacerse oír, manifestar libremente su opinión y reclamar la información no alineada a la que tiene derecho. Cada quien determinará lo que juzgue conveniente pero merece estar presente en las determinaciones que afectan su vida y la de sus descendientes por el solo hecho de ser ciudadano mexicano.