miércoles, 3 de octubre de 2012

PA’QUE APRENDAN

Reynaldo Mota Molina

La aprobación de las reformas a ley laboral por parte de los diputados y la que falta por parte de los senadores, no es otra cosa que mero trámite, pese a la simulación de confrontación entre los partidos que se dicen representantes populares, para seguirle el juego al enemigo del pueblo número uno, Felipe Calderón Hinojosa —quien se ostentaba como “presidente del empleo”—. Como quedó ésta, era ya un acuerdo previo entre Peña Nieto y Calderón a cambio del apoyo total para que aquel llegara a la presidencia de México y Calderón cumpliría las órdenes de los poderes fácticos.

Todo estaba previsto, desde la aprobación del Congreso de las llamadas “Iniciativas Preferentes” —qué aún no están reglamentadas y a pesar de ello se les dio curso— para que sobre las rodillas les diera salida en treinta días.

Al final de su camino, tal vez con la intención de lavar su conciencia Calderón incluyó la democratización de los sindicatos rendición de cuentas y elección de sus líderes mediante voto libre, directo y secreto— a sabiendas que sería nulificada de inmediato por sus compinches del pri-an-al-ve, en contrasentido de lo que demostró a lo largo de su nefasta administración.

En cambio, vertió todo su desprecio sobre la clase trabajadora legalizando la subcontratación, llamada outsourcing, la contratación a prueba, el pago por hora, limitación del derecho de huelga, que la “productividad” y no la experiencia sea el elemento fundamental para ascensos laborales o para la obtención de plazas de base, entre otras; además, facilita los despidos, impulsa la figura de “multihabilidades” y fija en doce meses el límite del pago de salarios caídos en casos de huelgas o conflictos laborales. Es decir, todo a favor de los patrones, como lo dictó la Coparmex.

Incluso la famosa “izquierda” se sometió al emitir su voto el petista Adolfo Orive, integrante de la Comisión de Trabajo, para que la iniciativa no pasara al pleno, en donde pudo haber modificaciones sustanciales a favor de los trabajadores.

Los poderosos sindicatos corruptos —SNTE, PEMEX, CFE, ISSSTE, IMSS, entre muchos otros—, que son base política del PRI, quedaron intactos en sus canonjías y privilegios y empoderados sobre el próximo “presidente” Enrique Peña Nieto que desde ahora los llevará sobre sus hombros durante los próximos seis años.

Así el PRI demuestra la continuidad de sometimiento a los insaciables poderes fácticos que fincan su riqueza sobre la pobreza, la injusticia y la explotación de la clase trabajadora. Con el nuevo PRI regresamos más de 100 años…

Pa’que aprendan los de la prole p… que votó por Peña Nieto…

Para ampliar imagen dar clic en ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario