miércoles, 4 de julio de 2012

“LOS MEXICANOS REGRESAN A SUS VIEJOS DEMONIOS”

Reynaldo Mota Molina

Es el encabezado de la nota principal del periódico francés Le Monde refiriéndose a los resultados preliminares de las elecciones presidenciales del 1 de julio de nuestro país que señalan a Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) como virtual triunfador de la contienda electoral.

Parece increíble que los franceses tengan mayor sensibilidad en este sentido que los propios mexicanos que optaron por entregar su voto al candidato priista a pesar de cuanto significa el retorno del viejo PRI de siempre en el futuro de la nación mexicana, que en el discurso de Peña Nieto, obligadamente dice que “que no hay vuelta al pasado”.

Sin embargo, la evidencia de las viejas prácticas truculentas desarrolladas durante setenta y tantos años combinadas con las nuevas tecnologías para obtener los votos necesarios a cualquier precio y sobre todo tipo de condiciones, hicieron que llegara al primer lugar junto con el apoyo convenenciero de sus seguidores.

Esta es la característica de la mayoría: entregar el voto a cambio de algo, lo que sea es bueno, si no se tiene un objetivo determinado y los enlaces necesarios. Lo que importa es estar dentro del presupuesto y alcanzar algo del gran hueso. La ideología y la fidelidad a los principios del partido son cosa perdida desde hace mucho tiempo.

Las irregularidades que envolvieron al proceso electoral –de las que hay testimonios y evidencias, unas presuntas y otras absolutas– aún mucho antes de su inicio involucran no solamente a todos los partidos políticos sino a las instituciones electorales, al gobierno calderonista y a los poderes fácticos, particularmente Televisa y Tv Azteca, y a los medios de comunicación afines, trátese de impresos, radioeléctricos y de cable, sobresaliendo precisamente las del PRI por lo cuantioso, el número y la envergadura de éstas que rebasan ostensiblemente los gastos de campaña autorizados por el IFE.

¿Pero sabe usted qué va a pasar? Nada. Absolutamente nada porque todos están coludidos. Todos son lo mismo y se cubren unos a otros para continuar encastillados en el poder.

El PRI salió de Los Pinos en el año 2000 por el hartazgo de la gente de la corrupción, la injusticia, el enriquecimiento ilícito y descarado de los funcionarios públicos, el tráfico de influencias, la carestía, la pérdida del poder adquisitivo, la indiferencia de los gobiernos priistas a las necesidades crecientes de los ciudadanos, el engaño y la manipulación priista, la baja calidad educativa y la falta de empleos, entre otras muchísimas más carencias de la población en general. Hoy, todo esto se olvida y un número inferior de votantes en relación a los 112 millones de mexicanos, nos hacen regresar al pasado.

Volvemos a la “dictadura perfecta”, podrida por dentro y por fuera, donde todo es simulación y no olvidemos que Enrique Peña Nieto es artista del Canal de las Estrellas.

Sin embargo, tenemos algunos elementos a nuestro favor:

Los ciudadanos ya no se quedan callados; protestan y se organizan a través de las redes sociales en forma efectiva.

Habremos de exigir fiscalización de la legalidad del proceso electoral para tener conciencia cierta de lo acontecido y actuar en consecuencia.

Habremos de saber si hubo dinero del narco en dicho proceso y seguir sus repercusiones en la legalidad del mismo.

Habremos de seguir que se cumpla promesa por promesa.

Tenemos una juventud universitaria invaluable, interesada y vigilante de la vida política y social del país, comprometida con construir una democracia real, cuyo objetivo perseguimos millones de ciudadanos.

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