Reynaldo Mota Molina
¿Qué aviesas intenciones se ocultan tras el embrollo creado por el IFE y por el TRIFE (Instituto Federal Electoral y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, respectivamente) con aquello de que si están permitidos o no los famosos debates de los precandidatos del PAN a la presidencia de la república en los medios de comunicación? Hasta el cierre de esta columna, no hay una aclaración suficiente y pertinente, sólo contradicciones de los organismos “garantes” de la transparencia y credibilidad de los comicios en México.
¿Qué aviesas intenciones se ocultan tras el embrollo creado por el IFE y por el TRIFE (Instituto Federal Electoral y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, respectivamente) con aquello de que si están permitidos o no los famosos debates de los precandidatos del PAN a la presidencia de la república en los medios de comunicación? Hasta el cierre de esta columna, no hay una aclaración suficiente y pertinente, sólo contradicciones de los organismos “garantes” de la transparencia y credibilidad de los comicios en México.
El presidente de la Comisión de Elecciones del CEN de Acción Nacional, José Espina, pide al IFE indicar clara y puntualmente lo que debe y no debe hacerse; Josefina Vázquez Mota espera que le digan qué hacer para aceptar participar en los debates; la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) emitió un comunicado a la opinión pública pidiendo lo mismo, en tanto el instituto dice que no están prohibidos (?) los susodichos debates sino que, por el contrario, es conveniente que se realicen bajo las normas establecidas. Lo malo de éstas es que son confusas e incompletas.
Por otra parte el TRIFE declara la misma cosa y asegura que incluso deben fomentarse los debates, sin embargo, amenaza con investigar a importantes medios de comunicación sobre las entrevistas realizadas a los precandidatos para ver si incurrieron en violaciones a la ley electoral para aplicar sanciones, en su caso, a las empresas responsables. Y lo insólito, afirma que investigará —a estas alturas— el proceso electoral de Michoacán que llevó a la gubernatura a Fausto Vallejo Figueroa del PRI, que ya fue confirmado por el tribunal electoral michoacano como ganador de la contienda. Esto mueve, naturalmente, a sospecha porque la contraparte fue la hermana de Felipe Calderón Hinojosa, Luisa María, mejor conocida como Cocoa. Huele a gato encerrado…
¿A quién tratan de favorecer los organismos electorales; a uno, a otro o a los tres? ¿Temen que las burradas que digan los precandidatos exhiban a Felipe Calderón? Ernesto Cordero dice ser gallo para el debate, pero no tiene espolones; Santiago Creel, experimentado y cínico, tiene mucho qué perder en un debate serio y objetivo. Josefina Vázquez Mota tiene lagunas mentales y tal vez no aguante un debate de dichas características lo cual es aún más grave. ¿Por qué no se somete a todos los suspirantes a la presidencia de México a exámenes médicos y psicológicos?, en serio.
Mucho está en riesgo en el país como para dejar en manos enfermas el destino de todos los mexicanos. Bastante tenemos ya con las mentes trastornadas de los últimos sexenios.
Para ampliar imagen dar clic en ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario