Reynaldo Mota Molina
Aparece nuevamente el espectro de la epidemia de influenza por el virus A/H1N1, y nuevamente aparece el alud de informaciones confusas y contradictorias por parte de las autoridades, difundidas profusamente por los medios de comunicación; así, un viernes la SEP cierra casi 3 mil escuelas a consecuencia del rebrote de la pandemia en territorio nacional y al lunes siguiente baja a 763 y al jueves a sólo 128, ante el natural desconcierto de la población y la incredulidad en cifras y argumentos oficiales.
Aparece nuevamente el espectro de la epidemia de influenza por el virus A/H1N1, y nuevamente aparece el alud de informaciones confusas y contradictorias por parte de las autoridades, difundidas profusamente por los medios de comunicación; así, un viernes la SEP cierra casi 3 mil escuelas a consecuencia del rebrote de la pandemia en territorio nacional y al lunes siguiente baja a 763 y al jueves a sólo 128, ante el natural desconcierto de la población y la incredulidad en cifras y argumentos oficiales.
Por alguna razón el gobierno federal continúa realizando un manejo inexacto y descuidado de la información relacionada con el tema impidiendo que la ciudadanía cuente con datos precisos y confiables que le permitan hacer frente a la circunstancia de emergencia sanitaria que se avecina con el nuevo brote de la enfermedad la cual, de acuerdo con los organismos internacionales de salud, podría ser aún más peligrosa y letal que la que se vivió en abril pasado. Por si no fuera suficiente, los gobiernos estatales suelen difundir información que en muchas ocasiones se contrapone con la que proporcionan las entidades federales.
El secretario de Salud Pública, José Ángel Córdova Villalobos, informó un día que el gobierno calderonista adquiriría un total de 20 millones de vacunas de laboratorios europeos, y luego dijo que serían 30 millones, algunas de las cuales se comprarían al gobierno de China.
Tampoco está claro quiénes recibirán las dosis; se dice por ahora que se aplicarán al personal médico y militar y a grupos de riesgo —como embarazadas, niños y personas con patologías previas—.
En la medida en que el gobierno continúe difundiendo información fragmentada e insuficiente se extenderá en la sociedad la zozobra, desorientación y alarma generalizada que facilitará la propagación de rumores y datos falsos y complicará, necesariamente, el combate y la prevención efectiva de contagios, si todo esto es cierto.
Hasta hace poco, Felipe Calderón aseguraba que México estaba preparado y contaba con fondos suficientes para enfrentar un nuevo brote de influenza, sin embargo, ahora presiona al Congreso para que apruebe su paquete fiscal con el argumento de que su gobierno no dispone de recursos para comprar vacunas contra la influenza A/H1N1 y que debemos generarlos entre todos los mexicanos.
Hay muchas incongruencias en todo esto. Nunca ha habido la confirmación fehaciente de contagios y muertes por la pandemia en la escala que se ha manejado y algunos analistas observan que todo puede ser sólo un gran negocio de las grandes corporaciones internacionales de medicamentos coludidas con los gobiernos globalizados.
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¡DOS DE OCTUBRE NO SE OLVIDA…!
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