El movimiento que diversos sectores de la población civil, principalmente los jóvenes, emprendió inusitadamente para anular su voto el próximo 5 de julio en repudio al insoportable sistema político que, podrido en sus propios vicios, muestra claramente su eclipse porque los partidos han dejado de ser una opción de representatividad para la ciudadanía, naturalmente preocupa a las élites del poder que tratan por todos los medios de desacreditar el ya imparable movimiento social.
“Anular el voto daña a la democracia” dicen algunos lemas publicitarios que proliferan en el Internet y otros medios, pero, ¿de qué “democracia” hablan? ¿De “su” democracia que montada en el abuso de todo tipo, en el fraude electoral, la injusticia y la impunidad, los mantiene en los privilegiados lugares que gozan, ajenos a la pobreza popular? ¿O de la que pregona José Woldenberg recomendando votar “por el menos malo”...? ¡Votar así es votar por más de la misma porquería! ¡No! ¡Ya basta! ¡Tenemos que obligar a los políticos a dar un quiebre en la dirección que nos ha conducido al estancamiento y a la desesperanza en que nos encontramos como país!, es el clamor creciente de muchísima gente que ve en el voto nulo una opción para hacer que, pacíficamente, las cosas cambien.
Naturalmente, para que esto suceda, dependerá que los políticos —todos: partidos, legisladores y gobernantes—, sepan y quieran dar las lecturas correspondientes a la inconformidad de la sociedad y actuar en concordancia. Lo que es un hecho es que, después del rechazo de más del quince por ciento de los sufragios que se emitan el próximo 5 de julio, que es la cifra estimada hasta ahora, permanezcan inmutables. Hasta por elemental salud mental y política, esto no deberá suceder.
Las distintas corrientes del voto nulo o bien, por un candidato no registrado, —ambas opciones válidas en la ley electoral vigente— confluyen en reclamos tales como la reelección de funcionarios honestos y eficaces, la revocación de mandatos en el caso contrario, la rendición de cuentas y la aplicación de responsabilidades, la aceptación de candidaturas independientes, el plebiscito, la desaparición de los partidos parásitos, de los legisladores plurinominales, del financiamiento de los partidos políticos, la reducción significativa del número de diputados y senadores, entre muchos otros.
Si bien el voto nulo o de protesta no es la panacea en estos momentos, está demostrando ser un excelente ejercicio que, si bien en los próximos comicios no alcanzará una relevancia definitiva, es muy posible que eficazmente organizada dentro de tres años, cuando estará en juego la presidencia de la República, podrá tener una influencia definitiva.
Dice el analista político Sergio Aguayo que si la movilización anulacionista logra superar su diversidad y articularse en torno a una agenda con demandas concretas, es posible que trascienda la jornada electoral y se transforme en una movilización social inédita que se enfrentará a dirigencias partidistas determinadas a defender sus enormes privilegios. Será una batalla feroz que bien podría convertirse en otro parteaguas de nuestra prolongadísima transición.
Esto no contradice el hecho de que si usted, en lo personal, está plenamente convencido de que un determinado candidato es la mejor de todas las opciones para ocupar un puesto de elección popular, cuyo desempeño garantice que redundará en beneficio de la colectividad, decida otorgarle la utilidad de su voto.
Pero analice si ese candidato le presenta a usted propuestas concretas y viables, o se dedica a denostar a sus adversarios políticos, lo cual es muestra de falta de capacidad y de un plan de trabajo en beneficio de la sociedad.
Le invitamos a escuchar atentamente el audio del debate organizado por el IFE a propósito del Voto Nulo. En la 1ª y 2ª partes se encuentran las posturas de los participantes: Sergio Aguayo y Denise Dresser a favor de la anulación; José Woldenberg y Jorge Alcocer, a favor del voto.
La 3ª, 4ª y 5ª partes contienen intercambio de ideas al respecto. De clic en la liga: http://www.sergioaguayo.com/biblioteca/debateife/debateife.html
El martes 30 de junio se efectuará una Asamblea Nacional convocada por un grupo de jóvenes con el fin de elaborar una Agenda Nacional Mínima para la refundación democrática de México.
Al concluir, la Asamblea Nacional se reunirá en una sala proporcionada por el IFE para sentar las bases organizativas. Se espera la representación de todos los estados de la República Mexicana. Algunos de los temas que se discutirán coinciden con los enunciados en esta columna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario