miércoles, 22 de abril de 2015

OBJETIVO: PODER Y DINERO

Reynaldo Mota Molina

¿Qué mueve a los políticos que se hallan en el proceso electoral para los comicios del 7 de junio próximo? ¿Se lo ha preguntado usted…? ¿Será el afán de servicio para atenderlo a usted en sus necesidades? ¿Será el amor que sienten por su municipio, distrito, estado o la responsabilidad de una curul, tanto así como para mejorar los males de una sociedad? ¿Será acaso el amor a la Patria?

Si así fuera, por decir lo elemental, tendrán al menos un plan de trabajo claro, específico y puntual, producto de un profundo conocimiento previo a la campaña electoral consensuado con usted en las diversas entrevistas que habrá realizado con anterioridad oportuna para conocer la problemática en cualquiera de las entidades mencionadas, de tal modo, que haya despertado sus anhelos y espíritu de servicio para ayudar a resolverla.

¿Suena a autopía? ¿Cuántas veces, antes de ahora, lo visitaron los hoy flamantes candidatos a los puestos de elección para enterarse de sus carencias y preocupaciones? ¿Conoce usted a cada uno antes del despliegue propagandístico? ¿Cada candidato está identificado con usted? ¿Conoce usted su capacidad para el puesto que pretende ocupar? ¿Está seguro de su honestidad? En conciencia ¿cree usted que será una alternativa de solución?

Porque lo que está visto hasta ahora es todo lo contrario: Está demostrado que el político que se mete a estos asuntos tiene solo dos objetivos: Poder y Dinero y los que los siguen también; a ver qué sacan... No importa cómo ni de qué manera, si es de forma ética y lícita o cuando menos, conforme a lo que establecen las leyes en materia electoral.

Basta ver la calidad y contenidos de la abrumadora y cínica propaganda que no le dice nada, ni propone nada, ni garantiza nada; sólo palabrería hueca, trivial y engañosa. La aparente descalificación de otros partidos “contendientes” no es más que circo para entretener a la gente y dar la apariencia de lucha democrática de manera vulgar, porque en realidad esos partidos harán alianzas para lograr intereses comunes cuando lo necesiten.

Bien sabemos que las elecciones son una simulación para tener ante el mundo una imagen de país democrático —con los beneficios que conlleva a los políticos y poderosos— con un costosísimo e inútil aparato electoral, porque finalmente quienes quedan en los puestos clave son impuestos por las élites política, económica, empresarial y extranjera, ante lo cual el voto de usted no cuenta.

La mejor prueba de esto es Enrique Peña Nieto, su ineficaz desempeño, su vida dispendiosa y la de su familia que ofende al pueblo empobrecido, el escarnio con sus regias y truculentas mansiones y las de sus allegados y, además, sus obscuras intenciones… ¿Para qué quiere cientos o quizá miles de vehículos militares y el abrumador armamento que adquiere de Estados Unidos si no estamos en guerra? a menos que esté próximo a declarar la guerra contra el pueblo hambreado de México…


No sería de extrañar si consideramos las matanzas de civiles a manos de las fuerzas armadas, militares, marinos y policías federales y municipales en Tlatlaya, Estado de México; en Iguala, Guerrero, por el caso Ayotzinapa; y en Apatzingán, Michoacán, al grito de ¡mátenlos como perros…!

Usted sabe si les da su voto a los políticos para que tengan más poder y dinero…

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