Reynaldo Mota Molina
Sólo era cuestión de un poco de tiempo para que
Enrique Peña Nieto tuviera que hacer efectivo el pago a Grupo MVS por el
despido de Carmen Aristegui del noticiario de mayor audiencia en México, Noticias MVS, acorralado por la investigación de Carmen y su equipo que
descubrió la colusión multimillonaria con Grupo
Higa, la inmobiliaria favorita de Peña Nieto, por la adquisición de la
llamada “casa blanca” de la familia presidencial en la exclusiva zona
residencial de Lomas de Chapultepec de la Ciudad de México.
Como se esperaba, el pago consistió en la resolución
de dos fallos del Primer Tribunal Colegiado Especializado en Telecomunicaciones
a favor de Grupo MVS, el “must carry” y “must offer”, es decir, la obligación
de Televisa (que había interpuesto un amparo al respecto) de permitir la
retransmisión de su señal radiodifundida de forma gratuita por parte de otras
empresas, entre ellas Dish, filial de
MVS; y la concesión en definitiva de la
prórroga a MVS del uso de la banda de 2.5 gigahertz (GHz), cuyo litigio
provenía desde los inicios del gobierno de Felipe Calderón, y que significa
para el grupo empresarial MVS un negocio súper millonario sin precedente. He
ahí el quid del asunto…
Que si las audiencias, que si la libertad de
expresión, que si el conflicto de interés de Peña Nieto… todo eso no importa;
lo que importa es el negocio y la impunidad…
Pero la labor periodística de Carmen Aristegui es
reconocida y laureada en otros lados del mundo: Ahora en Estados Unidos. La
Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ) le otorga el Premio Presidencial al Valor por el
reportaje de la “casa blanca” de Peña Nieto. “NAHJ honra a Aristegui no sólo
por solidarizarse con sus colegas periodistas, sino por mantenerse firme en su
búsqueda de la verdad a cualquier costo”, indicó la asociación, cuya directora
de medios, Eileen Truax, se refirió a la galardonada como “un ejemplo de
constancia y congruencia”.
Mientras tanto Peña Nieto se revuelve en su propia
inmundicia. Los diez cambios que hizo en su gabinete a partir de este mes
buscan algo de credibilidad de su gobierno, pero tratándose de la misma cobija
corrupta, no habrá mayor cambio sino únicamente darle vuelta al atole: “árbol
que nace torcido, jamás su tronco endereza” dice el sabio refrán…
Ante la contundencia de las investigaciones y nuevos
descubrimientos de expertos independientes de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), sobre el caso Ayotzinapa, Enrique Peña Nieto se vio comprometido
a reunirse nuevamente con los padres de familia de los 43 normalistas
desaparecidos en Iguala, Guerrero, hace casi un año, y la “verdad histórica”
quedó hecha trizas en un mar de impunidad, fijando el próximo día 24 para tal
reunión; justo antes de acudir a un nuevo encuentro internacional en que
seguramente será cuestionado al respecto. La reunión le viene al pelo para salir del paso y dar nuevas
largas y promesas vanas a los inflexibles padres de los estudiantes
desaparecidos con los que nos solidarizamos.
El desprestigio y nulo respeto a la representatividad
de México ante el mundo gira en torno de Enrique Peña Nieto. El caso más
evidente es del gobierno de Egipto que para sacudirse la presión del gobierno
mexicano que reclama la investigación exhaustiva y expedita del ataque de las
fuerzas de seguridad de ese país al grupo de turistas adinerados en el que
murieron ocho mexicanos, responde: “Aclararemos lo que pasó aquí cuando ustedes
aclaren Ayotzinapa…”
Y es que, sin justificar la infamante actitud del
gobierno egipcio, ¿con qué autoridad moral exige Peña Nieto “investigación
exhaustiva y expedita…?”
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