jueves, 31 de diciembre de 2015

ABANDONO DEL CAMPO

Reynaldo Mota Molina

Hemos comentado en anteriores entregas de este espacio el criminal servilismo del gobierno mexicano a los intereses extranjeros económicos y políticos con el fin de mantenerse en el poder sostenido por éstos –con todo lo que ello implica– , por sobre los intereses de la nación y del pueblo mexicano cuya situación se empobrece más cada día, por mencionar lo menos.

El campo, recurso fundamental y valiosísimo para la producción de alimentos en la mayor parte del territorio nacional, desde hace por lo menos tres décadas con el pretexto del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), ha sido paulatinamente entregado a consorcios internacionales para su explotación y enriquecimiento desplazando a los productores nacionales aumentando su empobrecimiento. Caso evidente, patético e indignante, como ejemplo, es una gran extensión sobre la carretera 100 a la altura del municipio de Colón en el estado de Querétaro, a cuyos productores extranjeros se ha dado toda clase de facilidades para el usufructo agrícola de tecnología avanzada, mientras a los campesinos locales les fue negada la asistencia técnica y recursos hasta que, de alguna manera, fueron despojados de sus fértiles terrenos. Hoy, a lo más, algunos de ellos o sus descendientes trabajan como peones en dichas instalaciones.


Casos como este provocan el desapego del agricultor por la tierra e incentivan la emigración hacia Estados Unidos principalmente, ya que aquí no encuentran opciones de sobrevivencia. Tan solo en los últimos diez años se han “perdido” cerca de cinco millones de hectáreas de cultivo en el país y alrededor de dos millones de campesinos han emigrado hacia el país del norte.

“El sistema agroalimentario se está despoblando –dicen algunos entrevistados por el técnico forestal Raúl Torres Lugo (Tierra Fértil Núm. 82. Septiembre 2015)–. Corre el grave riesgo de perder una generación productiva. El relevo del conocimiento transmitido de generación en generación por décadas se esfuma, y con ello pierde la nación mexicana la seguridad y soberanía alimentaria. El promedio de edad de sus principales actores es de 55 años y una juventud que no ve viable como fuente de vida la actividad agropecuaria”.

Tres causas principales fomentan la migración y tienen sumido en la miseria a la mayor parte del campo nacional. Una: El gobierno mexicano planeó desde hace años, echar del campo a la mayoría de productores pequeños. Dos: El campesino se va de su tierra porque se quedó sin patrimonio al aceptar políticas públicas contraproducentes para el sector agroalimentario, que a fin de cuentas, llevaron al desmantelamiento del campo. Tres: Aunada a las anteriores, la gravedad de la inseguridad.

  A lo largo de treinta años, según Rubén Vázquez de la Rosa, presidente de la Federación Nacional de Productores de Granos Básicos, los gobernantes han arruinado la estructura de un campo próspero y, apoyados en la firma de tratados comerciales, ahora provocan hambre al campesino en México y desarraigo de su único patrimonio: la tierra. “Este es un plan conformado y aceptado por funcionarios de esta y otras administraciones federales desde hace tiempo”.

El gobierno simula a diario apoyar al campo con muchos recursos, cuando en realidad, sólo algunos pocos productores son a quienes hace ricos. Por ejemplo, los créditos de 230 mil pesos que eran, según esta administración, para el pequeño productor en Guanajuato, de alrededor de 400 solicitudes sólo la recibieron 50 campesinos a lo sumo.

Corrupción criminal: Cumplido (PRI).

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martes, 22 de diciembre de 2015

URGENCIA DEL DESPOJO

Reynaldo Mota Molina

El 15 de julio pasado se puso en marcha el segundo despojo más grande de la nación mexicana —en el primero perdimos más de la mitad del territorio mexicano en 1848 a manos de Antonio López de Santa Anna y a favor de Estados Unidos de América—. En el segundo la pérdida es el petróleo, la principal fuente de ingresos de divisas después de las remesas de inmigrantes, lo que significa la pérdida del control sobre nuestros recursos naturales, el sometimiento de las poblaciones que habitan las regiones petroleras, la pérdida de ingresos, el debilitamiento institucional del propio Estado, el inicio de un camino sin rumbo y la consumación de un crimen de lesa patria en que el país retrocederá a la subordinación en esta materia, a manos de Enrique Peña Nieto y a favor de Estados Unidos de América y sus socios.

A dicho despojo se le llamó protocolariamente Ronda Uno que contemplaba la asignación de 14 bloques petroleros de los 169 que se tiene previsto licitar, con una extensión territorial de 28 mil 500 kilómetros cuadrados del Golfo de México incluyendo tierras, aguas someras y aguas profundas. Un proyecto tan ambicioso y rápido que no tiene precedente en el mundo.

Sin embargo, la primera etapa de la mentada Ronda Uno fue un soberano fracaso. De los 14 bloques licitados solo 2 fueron adjudicados al consorcio mexicano-británico-estadounidense encabezado por Sierra Oil & Gas, casualmente, en el que está involucrado un cuñado de Carlos Salinas de Gortari, expresidente de México. Los 12 restantes se declararon desiertos al no presentarse ofertas por parte de los competidores extranjeros o determinarse que las emitidas resultaron insolventes. ¿Falta de confianza en el gobierno mexicano por parte de los supuestos inversionistas, o qué…?

Rápidamente los peñistas afinaron algunos aspectos para hacer más atractiva la oferta y en la segunda fase de la Ronda Uno realizada el 30 de septiembre pasado, que incluye nueve campos petroleros en aguas someras del Golfo de México y serán adjudicados mediante cinco contratos, de las 14 firmas precalificadas 9 presentaron sus propuestas económicas y garantías de seriedad. De éstas, Grupo Carso, de Carlos Slim, no tiene experiencia en la exploración de hidrocarburos, pero otra empresa de su propiedad, la minera Frisco, a pesar de la oposición de al menos 100 mil familias, ha ocasionado derrumbes, acaparamiento de agua y fracturas de las casas de los pobladores de Salaverna, Zacatecas y, ¡tan campante!

Pero al gobierno de Peña Nieto le urge le venta petrolera, que no fluye, y no corren los ríos de dinero a sus bolsillos ni a los de sus amos, y el 15 de diciembre llevó a cabo la tercera etapa de la famosa Ronda Uno, con la adjudicación del cien por ciento de los campos petroleros concursados, es decir, 25 de 25 contratos entre los que dice Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, hay empresas mexicanas, extranjeras y asociaciones en consorcio???


De los 25 campos adjudicados, 17 son de aceite y 8 son de gas en la Cuenca de Burgos. Los estados donde se ubican dichos campos son: Chiapas con 5, Nuevo León 7, Tabasco 5, Tamaulipas 2 y Veracruz 6.

Según Coldwell, “la licitación traerá una producción pico de 77 mil barriles diarios de petróleo y una inversión de mil 100 millones de dólares” y agregó: “Con los resultados obtenidos en esta licitación, se suman 22 empresas al nuevo sistema industrial de hidrocarburos mexicano”.

…¿Y yo qué? dirá usted… 

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viernes, 4 de diciembre de 2015

LIBRE COMERCIO

Reynaldo Mota Molina

Ante el mayor sigilo y profundo secreto el gobierno de Enrique Peña Nieto trataba de culminar un acuerdo comercial con siete países –Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, Perú y Vietnam– desde 2012 en que inició su gobierno, pero resulta que WikiLeaks publicó en noviembre de 2013 un borrador del capítulo de Propiedad Intelectual de dicho tratado y se provocó un escándalo a nivel mundial que aquí los medios alineados del gobierno guardaron cómplice silencio. ¿Por qué tanto secreto? ¿Qué se esconde a espaldas de los ciudadanos mexicanos? Seguramente nada para su beneficio y sí en su perjuicio. De otra manera no habría por qué actuar a escondidas…

No pudiendo continuar el secreto, pero sí el cauteloso silencio, finalmente el tratado se firmó el pasado 5 de octubre con el nombre: Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), bajo un mar de sospecha y desconfianza incluso del sector empresarial que, en primera instancia, ve un panorama incierto y amenazador para su economía y desarrollo; en última, los consabidos jodidos, usted y yo. Dicho acuerdo es un tratado de libre comercio entre varios países de la Cuenca del Pacífico que aborda una gran variedad de materias de políticas públicas.

 La amenaza se cierne en agricultura, aduanas, bienes industriales, reglas de origen, textiles, servicios, servicios financieros, movilidad de personas de negocios, inversión, telecomunicaciones, competencia con empresas comerciales del Estado, comercio y medio ambiente, compras de gobierno, derechos de propiedad intelectual, comercio y trabajo, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos al comercio, remedios comerciales, y temas legales-institucionales, y todo lo que ello implica, sobre lo que las instancias respectivas de gobierno guardan absoluto silencio.

Todo este bloque económico y comercial resulta ser una estrategia de Estados Unidos para detener la expansión de la economía china que paso a paso se va extendiendo como la primera economía del mundo, que hasta ahora aún conserva la nación estadounidense.

El gobierno mexicano como siempre, atendiendo las órdenes de su amo, firmó el acuerdo con países con quienes ya tenía firmados tratados de libre comercio como Canadá, Estados Unidos, Japón y Perú.

El Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos, en vigor desde enero de 1994, tuvo por resultado el abatimiento del campo mexicano entre otros grandes desastres y la consecuencia de mayor dependencia alimentaria y económica del país del norte –Estados Unidos nos abastece de MAÍZ, habiendo sido un producto de origen mexicano– y, claro, el enriquecimiento de un puñado de políticos y empresarios.

El Tratado de Libre Comercio con Japón está en vigor desde abril de 2005 y el de Perú desde febrero de 2012. Tal vez a usted le beneficie en algo la suscripción de dichos tratados pero a la mayoría no. Ya sabe usted que siempre se esgrime el discurso de que es para beneficio de los mexicanos…


A la fecha, México cuenta con una red de 15 Tratados de Libre Comercio con 45 países, 31 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones y 9 acuerdos de comercio (Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de Alcance Parcial) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración, que sirven para dos cosas… La que le puedo decir es que la balanza comercial con todos ellos es desfavorable a México. ¿Por qué…?

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