miércoles, 19 de marzo de 2014

A VER SI ASÍ

Reynaldo Mota Molina

Por primera vez en los últimos veintiséis años, hay que reconocerlo, el gobierno federal se atreve a tratar de poner cortapisas a dos grandes monopolios que han causado incalculables daños a la economía nacional; han trastocado el sistema democrático y empobrecido el concepto educativo del país, además de un sin fin de perjuicios directos e indirectos a la nación en su conjunto en el ámbito de las telecomunicaciones: Televisa, Tv Azteca y Teléfonos de México, sus identidades más visibles.

El nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) declaró el pasado día 7 de marzo a estos entes convertidos en poderosos Frankenstein como “agentes económicos preponderantes de las telecomunicaciones y la radiodifusión en México”, para efectos de competencia y regulación, pese a las maniobras de las televisoras para descarrilar tal declaratoria que incluye la licitación de dos nuevas televisoras.

Sin embargo, el propio Ejecutivo federal aún no ha enviado al Congreso de la Unión las iniciativas de las llamadas “leyes secundarias”, que son las que especifican las reformas constituciones en la materia, que debieron ser aprobadas desde el 9 de diciembre pasado y el plazo vence el 30 de abril próximo. ¿Por qué será…?

El primer paso está dado aunque con un retraso de más de veinte años; ahora falta ver si se cumplen las cosas. Precisamente las famosas “leyes secundarias” pueden llevar del gozo al pozo la declaratoria del IFT al revertir aspectos fundamentales que afecten el bien común de los usuarios de los mencionados servicios debido al gran poder que dichos monstruos ejercen sobre los Poderes de la Unión. Para eso tienen su tele-bancada…
   
Lo curioso es que, contra todo lo previsible, Enrique Peña Nieto es quien se atreve a ponerle el cascabel al gato: Salinas y Zedillo no lo hicieron; eran los tiempos en que “Televisa era soldado del PRI” y Salinas había cedido Teléfonos de México a Carlos Slim. Fox y Calderón tenían pánico, terror y miedo, estaban “de a pechito” para que las televisoras hicieran lo que quisieran, eran soldados de Televisa. Todos somos testigos de cómo Televisa influyó la campaña presidencial de Peña Nieto y, sin embargo, éste es quien le pone el cascabel… Mmmh!

¿Qué animó la decisión de Peña Nieto? ¿Actuar en beneficio de los usuarios para proporcionarles servicios de televisión y de telefonía de alta calidad, cobertura, rapidez y buen precio?  Mmmh!, no lo creemos. Al gobierno NUNCA le ha importado la ciudadanía; sólo su voto. ¿Propiciar la competencia real que redunde en mejor calidad de servicios y contenidos que coadyuven en el ámbito educativo? ¿Se les pasó la mano a los poderes fácticos en su ambición, arrogancia y señorío? ¿Despertaron el instinto de conservación del gobierno priista? ¿Es un paso más para retomar el poder absoluto presidencialista? ¿Es una nueva simulación? ¿Con qué fin? Quién sabe…

Hay otros elementos. En el ámbito internacional es ampliamente conocido el sometimiento del gobierno mexicano a los poderes fácticos que influyen definitivamente en la toma de decisiones y afectan grandemente a la economía nacional, la seguridad jurídica, la vida democrática —el caso Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Ciudad Juárez, entre otros, lo demuestran—, son situaciones que no garantizan con seguridad la inversión extranjera así se trate del oro negro que yace en el subsuelo mexicano, tan atractivo para unos de tener y para otros de vender.


Había que hacer algo más que la captura del Chapo Guzmán para desinhibir el interés del gran capital extranjero. No han bastado las promesas, los ofrecimientos y las reformas constitucionales. Era necesario demostrar que se trata de atraer su inversión a como dé lugar y para eso se han puesto a trabajar…, bueno, más o menos…

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miércoles, 5 de marzo de 2014

VER PARA CREER

Reynaldo Mota Molina

Resulta obligado abordar el tema de la reaprehensión de Joaquín Chapo Guzmán por el suceso histórico —quiérase o no— que significa en todo su contexto y por haberse o haberlo constituido en un símbolo de la delincuencia organizada con mayor éxito en el mundo; sobra mencionar las publicaciones que lo ubicaron como uno de los hombres más ricos y poderosos del planeta con el reconocimiento de las élites políticas y económicas de aquí y de allá.

Más allá de la “operación quirúrgica” con que se realizó el operativo de la  reaprehensión montado en el aparato mediático de Televisa, bajo el esquema de la época calderonista, es necesario poner la atención en otros planos:

En el Foro Económico Mundial (FEM) realizado recientemente en Davos, Suiza, no le fue nada bien a Enrique Peña Nieto en la venta de los energéticos a la inversión extranjera a pesar de su política de puertas abiertas debido a la inseguridad que vive México. A los dueños del dinero no se les puede engañar con discursos, son más listos de lo que creen los políticos, además de que poseen fuentes de información fidedignas y saben lo que realmente sucede en cada lugar donde deciden poner un dólar.

El “socio” mayor en la persona de Barack Obama estuvo aquí hace unos días y tuvo una breve reunión a puerta cerrada con Peña Nieto, ambos preocupados porque la oferta del petróleo mexicano no sale por causa de la inseguridad narcopolítica y en la implementación de la venta energética.

Algo había que hacer…, y qué mejor que un golpe espectacular mediático que atrajera la atención de los remilgosos inversionistas. Los mexicanos pueden quedarse sin su patrimonio nacional… ¡a quién le importa!, pero los socios no pueden quedarse sin la preconcebida avalancha de dólares con la que ya se frotan las manos. ¡Faltaba más…!

Había que preparar al mundo… y la revista Time, a unos días de la mencionada reunión, presentó a Enrique Peña Nieto en su portada como el “Salvador de México” mediante un amplio reportaje en sus páginas, que aquí resulta ridículo.

Justo después de la reunión acontece la reaprehensión del Chapo Guzmán, el narcotraficante más buscado del mundo en todo el mundo, al que no se le pudo localizar durante trece años, pese a que “todos sabían dónde estaba”, según el obispo de Sinaloa,  y de quien “se necesitarían cien mil soldados para cercarlo y ni así lo podrían aprehender”, según declaraciones públicas de un exfuncionario calderonista.

 Pero resulta que el gobierno peñista en una “delicada y eficaz operación” orquestada por la DEA (Administración Federal Antidrogas de Estados Unidos) y ejecutada por la Secretaría de Marina, sorprendieron al famoso capo casi como al “Tigre de Santa Julia”, sin un solo tiro y sin oponer resistencia… Lo que hace pensar a la Vox Populi que fue una acción concertada, negociada y condicionada.


 ¿Cómo creerle al gobierno de Peña Nieto? Habrá que ver con toda claridad, con peras y manzanas, que se le incautan las cuentas multimillonarias en todo el mundo, que se descubren y desmantelan las miles de empresas lícitas e ilícitas en los 53 países que domina el Cártel de Sinaloa, que se apresan a los otros socios del Chapo: El Mayo Zambada y El Azul Esparragoza y, sobre todo, que se encarcela a los funcionarios cómplices del más alto nivel por lo menos, de los gobiernos de Vicente Fox, de Felipe Calderón y del actual, ya que existen evidencias en Estados Unidos de que Joaquín Chapo Guzmán, financió la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Entonces podremos empezar a creer…

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