miércoles, 24 de octubre de 2012

SÍNTESIS

Reynaldo Mota Molina

Entre las cosas absurdas que suceden en el mundo actual está el incuestionable fracaso del sistema económico neoliberal que, al ser global una de sus características esenciales, afecta a todo el mundo, trátese de Europa, Asia, África, América del Norte, América Latina y no se diga de los países pobres llamados, candorosamente, emergentes… en los que México ocupa un lugar destacado por su pobreza económica, política y social, agravada por la violencia, la inseguridad y el narcotráfico.

La explicación de la administración de este absurdo para seguir vigente radica en que los organismos económicos y financieros internacionales están integrados por las élites de los países dominantes y son quienes dictan las reglas aplicables en los países subyugados con el fin de mantener el control, asegurar el aprovisionamiento económico y de conservar su hegemonía sin importar los costos sociales o de cualquier otro tipo de carácter local. La problemática que esto implica en determinado país, corresponde resolverla al gobierno respectivo; por esta razón se implantan gobernantes cuya función es acatar y aplicar sin restricciones las directrices recibidas.

Este sintético análisis ilustra la actuación de los gobiernos mexicanos, particularmente a partir de Carlos Salinas de Gortari, y evidencia la obediencia de las gerencias de Vicente Fox y Felipe Calderón, así como la “entronización” de Enrique Peña Nieto y las circunstancias en que los dos últimos llegaron a la presidencia de la República.

De ahí la aprobación de la contra-reforma laboral por parte de las Cámaras de Diputados y de Senadores con el voto de los partidos políticos vasallos del sistema, como ya era sabido que sucedería, en perjuicio directo de los trabajadores y en beneficio abierto de la clase patronal, proveedora y partícipe de los bienes y servicios que el sistema neoliberal requiere.

El ingrediente distractor para mantener ocupada la atención de la gente fuera del efecto que le causarán las reformas, es el asunto de la “transparencia” sindical que debidamente calculada, aprovecharon Elba Esther Gordillo (SNTE) y Carlos Romero Deschamps (PEMEX) para reelegirse por un nuevo eslabón de seis años como líderes intocables de los sindicatos corporativos y corruptos que son parte fundamental del sistema.

Los derechos de los trabajadores afectados por la subcontratación (outsourcing), los contratos a prueba, el pago por hora, la limitación del derecho de huelga, la “productividad”, las “multihabilidades”, los despidos injustificados, la limitación del pago de salarios caídos por huelgas o conflictos laborales, entre otros, serán un amargo despertar de los trabajadores hasta que lo vivan en carne propia. Mientras tanto los obreros, técnicos, empleados de oficinas, comercios y de todo tipo de negocios y profesionistas, es decir, los asalariados, inexplicablemente permanecen indiferentes o ajenos a una sombra con caracteres esclavizantes y retrógrada que se cierne sobre ellos sin que se percaten de sus alcances y, en consecuencia, no protesten ni hagan nada.

Otro hecho es que cuatro poderes fácticos han tomado ya la presidencia de México antes que Enrique Peña Nieto: Televisa, la clase empresarial, Elba Esther y Romero Deschamps.

Peña Nieto esperará a que le diga qué hacer Luis Videgaray, que a su vez, esperará instrucciones de “los de arriba”.

¡Pobre México!

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miércoles, 10 de octubre de 2012

PERVERSIDAD

Reynaldo Mota Molina
         La información presentada por Univisión la semana pasada sobre el caso “Rápido y Furioso”, puso nuevamente de relevancia el hecho que en México el gobierno calderonista le ha echado tierra para que se olvide por parte del interés público.

En el ámbito del periodismo de investigación, prácticamente el único interesado en el asunto, Jorge Ramos y Gerardo Reyes dieron a conocer que al menos en cien escenas del crimen organizado se utilizó parte del armamento “filtrado” ilegalmente por Estados Unidos a territorio mexicano con el objetivo perverso —por decirlo suave— de que se cometieran crímenes con éste para seguir la pista de los principales capos y capturarlos. La cuestión falló; se salió de control, no se detuvo a nadie, pero los muertos mexicanos están ahí. La matanza de 16 jóvenes en Villas de Salvárcar y la masacre en un centro de rehabilitación de Ciudad Juárez, el homicidio de Mario González, hermano de la exprocuradora de Chihuahua, y hasta de dos agentes estadounidenses de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), se cometieron con dicho armamento, según la investigación periodística comprobada hasta este momento.

Tanto el gobierno mexicano como el norteamericano negaron siempre estar enterados de dicho operativo, sin embargo, existen evidencias que demuestran que no solamente si sabían, sino que fue planeado por ambos gobiernos. Carlos Fernando Luque Ordóñez, director de delitos de tráfico para el  Centro Nacional de Planeación Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI), rama de inteligencia de la PGR, fue acreditado en el Consulado de México en Estados Unidos y enviado a Arizona, a principios de 2009, para ser parte de la ATF, agencia de la que saldría el operativo “Rápido y Furioso”.

Fuentes judiciales en Washington y documentos internos de la ATF confirman que Luque Ordóñez participó en reuniones en las que se trató específicamente lo relativo a dicha operación, por lo que resulta más que ingenuo tratar de hacer creer que ambas entidades actuaron sin el conocimiento y consentimiento de ambos gobiernos.

Es estremecedoramente indignante darse cuenta que el objetivo de dicho operativo fue eminentemente criminal desde el Estado, bueno, desde el gobierno calderonista.

Y, en el mayor absurdo, desquiciante e hipócrita, Felipe Calderón, exige a la  Organización de Naciones Unidas (ONU) el deber de atender con carácter urgente “la delincuencia organizada trasnacional y en especial la violencia que ésta despliega para llevar a cabo sus actividades delictivas, (que) representan un grave problema que compromete al desarrollo, la seguridad y la convivencia democrática en todas las naciones”.

Sólo le faltó pedir que los “marines” vengan a limpiar la casa que él llenó de sangre con más de 103 mil 304 muertos, según los últimos recuentos de investigaciones periodísticas.

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miércoles, 3 de octubre de 2012

PA’QUE APRENDAN

Reynaldo Mota Molina

La aprobación de las reformas a ley laboral por parte de los diputados y la que falta por parte de los senadores, no es otra cosa que mero trámite, pese a la simulación de confrontación entre los partidos que se dicen representantes populares, para seguirle el juego al enemigo del pueblo número uno, Felipe Calderón Hinojosa —quien se ostentaba como “presidente del empleo”—. Como quedó ésta, era ya un acuerdo previo entre Peña Nieto y Calderón a cambio del apoyo total para que aquel llegara a la presidencia de México y Calderón cumpliría las órdenes de los poderes fácticos.

Todo estaba previsto, desde la aprobación del Congreso de las llamadas “Iniciativas Preferentes” —qué aún no están reglamentadas y a pesar de ello se les dio curso— para que sobre las rodillas les diera salida en treinta días.

Al final de su camino, tal vez con la intención de lavar su conciencia Calderón incluyó la democratización de los sindicatos rendición de cuentas y elección de sus líderes mediante voto libre, directo y secreto— a sabiendas que sería nulificada de inmediato por sus compinches del pri-an-al-ve, en contrasentido de lo que demostró a lo largo de su nefasta administración.

En cambio, vertió todo su desprecio sobre la clase trabajadora legalizando la subcontratación, llamada outsourcing, la contratación a prueba, el pago por hora, limitación del derecho de huelga, que la “productividad” y no la experiencia sea el elemento fundamental para ascensos laborales o para la obtención de plazas de base, entre otras; además, facilita los despidos, impulsa la figura de “multihabilidades” y fija en doce meses el límite del pago de salarios caídos en casos de huelgas o conflictos laborales. Es decir, todo a favor de los patrones, como lo dictó la Coparmex.

Incluso la famosa “izquierda” se sometió al emitir su voto el petista Adolfo Orive, integrante de la Comisión de Trabajo, para que la iniciativa no pasara al pleno, en donde pudo haber modificaciones sustanciales a favor de los trabajadores.

Los poderosos sindicatos corruptos —SNTE, PEMEX, CFE, ISSSTE, IMSS, entre muchos otros—, que son base política del PRI, quedaron intactos en sus canonjías y privilegios y empoderados sobre el próximo “presidente” Enrique Peña Nieto que desde ahora los llevará sobre sus hombros durante los próximos seis años.

Así el PRI demuestra la continuidad de sometimiento a los insaciables poderes fácticos que fincan su riqueza sobre la pobreza, la injusticia y la explotación de la clase trabajadora. Con el nuevo PRI regresamos más de 100 años…

Pa’que aprendan los de la prole p… que votó por Peña Nieto…

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