jueves, 24 de junio de 2010

LA ALTERNANCIA

Reynaldo Mota Molina

En el año 2000 muchos mexicanos creyeron que con el sólo hecho de sacar de Los Pinos al PRI y substituirlo por el PAN en las botas vaqueras de Vicente Fox, las cosas cambiarían para bien automáticamente. Otros más hasta decían que por fin accederíamos a la democracia después de soportar más de setenta años de “dictadura perfecta” priísta cuyo hartazgo era ya inaguantable.

Todo resultó una falacia. Ante el desencanto popular las cosas no solamente no cambiaron sino que el pueblo mexicano quedó sumido en una pobreza aún mayor y en medio de la profunda injusticia social, la desigualdad económica se disparó hasta el infinito debido a la corrupción y privilegios otorgados a un reducido número de amigos de Fox.

El ardid creado por las fuerzas políticas y económicas dentro y fuera del país coludidas en su momento con el gobierno de Ernesto Zedillo tuvo el resultado perfecto para ellas puesto que las colocó en la cúspide de la toma de decisiones sobre el “producto” Fox, encubiertas en un despliegue mediático sin precedentes cuyo altísimo costo corrió a cargo de los ciudadanos. Uno de los servicios adquiridos fue abrir de par en par las puertas al narcotráfico, que se precipitó en un alud sin que nadie, naturalmente, se ocupara de controlarlo. Favorecía no solamente el trasiego de la droga en todo el país sino que propiciaba el consumo interno, la prostitución, el secuestro y todo tipo de actividades ilícitas de la delincuencia organizada ante la impunidad más absoluta.

En el 2006 Felipe Calderón creyó encontrar en esto la coyuntura ideal para legitimar su acceso fraudulento a la silla presidencial en la que fue impuesto por los codiciosos poderes fácticos que lo rodearon y emprendió, sin más, la guerra contra el narcotráfico utilizando al Ejército, a la Armada y a los cuerpos policiacos, cuidándose de no tocar el patrimonio económico y financiero de los cárteles. El resultado no puede ser más desastroso: 23 mil muertos en lo que va de su sexenio con una violencia jamás vista en México; proliferación de cárteles de la droga cada vez más sanguinarios; inseguridad generalizada en todo el país; infiltración del narco en las altas esferas de los tres Poderes de la Unión; y por si fuera poco, crecimiento galopante de la pobreza y de la injusticia social a niveles sin precedente; impunidad, corrupción, incapacidad absoluta para gobernar.

Ante el descomunal fracaso y su ineptitud Calderón pretende maquillar este resultado cambiando su discurso: Ya no se llama “guerra”, como siempre se ufanó de decirlo, sino “lucha por la seguridad pública”; ya no pretende acabar con el crimen organizado sino “lograr la seguridad pública de los ciudadanos”. Ya antes, abrumado, pedía a todos “hablar bien de México” ante los ojos de los visitantes extranjeros. A través del parapeto de Gobernación Fernando Gómez Mont, pide a los medios revisar su lenguaje para que no se oiga tan cruda la situación.

En su largo e insólito desplegado del 14 de junio Felipe Calderón parece tender la mano a los capos y proponerles un pacto de paz. Estos, difícilmente aceptarán porque en primer lugar, no es confiable; segundo, porque cuentan con tanto poder, recursos y control territorial y de instituciones gubernamentales, que los hace incólumes como está visto. En todo caso, esperarán tiempos mejores.

Este es el punto. Hacia el final de su sexenio Calderón pretende salir airoso de su estrepitoso fracaso. La alternancia para el 2012, como se vislumbra, será, para desgracia de México, otra vez el PRI con todos sus vicios corregidos y aumentados —¡vaya futuro!—, en la figura de Enrique Peña Nieto, delfín de la camarilla, para no llamarle capo, del Grupo Atlacomulco, experto en negociar con todo tipo de delincuentes organizados o no. Con éste sí les interesará llegar a acuerdos que les convengan y, entonces, probablemente llegue la “paz” como en los viejos tiempos. ¿Verdad Salinas…?
Le invitamos a escuchar la entrevista de Carmen Aristegui a Edgardo Buscaglia sobre el comunicado del gobierno federal en torno a la lucha del crimen organizado.
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jueves, 17 de junio de 2010

ULTIMA HORA

Les informo que el ENCUENTRO DE HUAPANGUEROS, TROVADORES, DECIMISTAS Y VERSADORES DE LA HUASTECA
se cancela aludiendo situaciones de inseguridad en la región.

Saludos.

CIRCO SIN PAN

Reynaldo Mota Molina

Las graves crisis generadas por el gobierno de Felipe Calderón tienen reducido al país a solamente circo, ya ni siquiera hay pan, —pan de alimento, claro— y dentro del espectáculo se le ocurre desenterrar los restos mortales de los héroes que nos dieron patria que descansaban en el monumento de la Independencia de la ciudad de México, sin mayor razón ni fundamento. Nadie sabe, a ciencia cierta, para qué.

Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, José María Morelos y Pavón, Mariano Matamoros, Mariano Jiménez, Francisco Xavier Mina, Vicente Guerrero, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, según versión de la historiadora María del Carmen Vázquez Mantecón, en primera instancia fueron trasladados de diversos estados a la bóveda del Altar de los Reyes de la Catedral Metropolitana, donde permanecieron desde 1823 hasta 1895, cuando fueron movidos a la capilla de San José, del mismo recinto religioso, para salvaguardarlos del abandono en que estaban, durante una ceremonia fastuosa encabezada por Porfirio Díaz.

En 1925 Plutarco Elías Calles, conocido por sus recelos con la Iglesia católica, ordenó su traslado al Ángel de la Independencia en una procesión en la que se eliminó cualquier referencia religiosa. Ochenta y cinco años después, Calderón pretextó la gesta heroica “para llamar a festejar jubilosos a la patria y preservar nuestra sagrada libertad”.

Creemos que más bien fue para llamar la atención y distraerla de los males que aquejan a la nación porque, ¿cómo se festeja a la patria exhibiendo los restos de los héroes? ¿Cómo se preserva nuestra sagrada libertad estando sometidos a lo que dictan las grandes potencias económicas, las transnacionales y los poderes fácticos? ¿Cómo se preserva nuestra sagrada libertad, pisoteándola, como lo hacen él y su gobierno y vendiendo a la patria?

En este circo la gente común estuvo detrás, como siempre, mirando las enormes pantallas; los espacios privilegiados estuvieron reservados para el gabinete, algunas otras “personalidades” y mil 600 militares y marinos que resguardaban el cortejo.

Hecho esto, Calderón se fue al Mundial de futbol a presenciar el partido inaugural en el que empató México pretextando, cínicamente, una gira de trabajo. ¡Uuuh!
Hoy por cierto, la Selección Nacional de futbol jugó como siempre y ganó como nunca. ¡Felicidades!
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sábado, 12 de junio de 2010

ENCUENTRO HUAPANGUERO COPADO

19 de Junio, 2010.

CENTRO CULTURAL DE CIUDAD VALLES, S.L.P.

Teatro Fernando Domínguez


A partir de las 17:00 hs.

Entrada $ 30.00
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II TIANGUIS TURÍSTICO MUNICIPAL

Del 11 al 13 de junio, 2010.

De 10 a 21 horas

Plaza de Fundadores

San Luis Potosí, S.L.P.

Presentación del libro:
HUASTECA POTOSINA.
RUTA MÁGICA POR LA TRADICIÓN
Y LA AVENTURA

viernes, 11 de junio de 2010

SIMPLEMENTE SOLOS…

Reynaldo Mota Molina

Hacemos eco de ciertas declaraciones del escritor Carlos Fuentes en Madrid, España: …“no creo que el PAN esté hecho para el gobierno”… …“el PAN llegó prácticamente descalzo a la presidencia, es un partido que nunca ha tenido una base popular. Es un partido de clase media, católica, minoritario, y que nunca ha aspirado a tener la base del PRI, y el resultado es lo que vemos”…, desde su fundación —dijo— en 1939, esta formación política se creó como un partido de la oposición y nadie pensó en que pudiera sustituir al PRI en el gobierno, lo cual sucedió hasta el año 2000.

Estos conceptos resumen objetivamente la gran inoperancia e ineficacia del PAN en los gobiernos federales y estatales a partir de Ernesto Ruffo Appel de Baja California en 1989 hasta Felipe Calderón Hinojosa en 2010, y reflejan con claridad el desapego, y más que eso, el rechazo e indiferencia hacia las clases populares que ocupan el 80 por ciento, según ENIGH 2000, de la población mexicana. La clase media el 19.5 por ciento y el resto, la clase privilegiada de México que usted y yo sabemos quiénes son.

Si a esta ineptitud agregamos la rapacidad y la corrupción, por decir lo menos, de los gobiernos panistas, tenemos la exposición simple y directa de lo que acontece en nuestro país y afecta la vida nacional sin visos de solución alguna.

Felipe Calderón sólo atina a dar palos de ciego. Afirma que no cambiará su estrategia para combatir al crimen organizado a pesar de la violencia de los cárteles y de reconocer que esta guerra ha manchado la imagen del país. Ahora dice que sabía que era un problema colosal pero no quiso su gobierno “dejar a la gente en manos de criminales”. Pero la verdad es que el país está entregado a la violencia del narcotráfico cuya ola crece, crece e invade terrenos hasta hace poco no afectados, sin que su estrategia obtenga resultados efectivos sino sólo en el discurso y la gente está abandonada a su suerte.

Este es testimonio de un lector de La Jornada: “Por motivos de trabajo voy con frecuencia de Sinaloa a Jalisco. Siempre en mi cochecito. El miércoles de Semana Santa bloquearon la carretera internacional en el punto de revisión La Concha, entre Sinaloa y Nayarit. Por cinco horas unos 40 hombres fuertemente armados y encapuchados, vestidos de militares, asaltaron a todos los que sumisamente hacíamos fila, esperando turno para ser robados. El viernes santo, esos mismos delincuentes volvieron a hacer de las suyas, rafagueando al personal de revisión y dejando varios heridos”. “El miércoles 18 [de mayo], a las 12 del día, volvió a suceder en la carretera 200, en la única recta que hay en lo alto de la sierra llamada Mesillas, antes de llegar a Las Varas, Nayarit. Estuvieron dos horas asaltando a los viajeros, les quitaron valores y siete vehículos, entre camionetas y coches, dándose el lujo de escoger los más caros, pavoneándose con sus metralletas entre la gente, amedrentando”. “¿Cómo puede un comando fuertemente armado, viajando en varias camionetas, moverse libremente por las carreteras? La Policía Federal se esconde en las bajadas para tomarnos por sorpresa a los ciudadanos comunes, pero a ellos qué, ¿no ve pasar nunca a estos comandos? ¿Son paramilitares, de los que tanto se habla? ¿Los han soltado como perros rabiosos para aterrorizarnos y además les dieron carta libre para que se financien? Quienes sobrevivimos de nuestro trabajo honesto, viajando constantemente, ¿tendremos que seguir soportando estas experiencias pavorosas?”.

En el entorno de la Sierra Gorda empieza a sentirse el espectro de la inseguridad y la violencia cercana de la Huasteca potosina y de la Zona media y la gente se pregunta qué hacer o cómo organizarse para enfrentar un peligro creciente en el que los ciudadanos están, simplemente, solos...
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miércoles, 2 de junio de 2010

¿CUÁNTAS CLASES DE MEXICANOS HAY?

Reynaldo Mota Molina

Ciudadanos de primera, de segunda, de tercera, y cuántos más. El gobierno clasista de Felipe Calderón sólo sabe distinguir a los de primera clase, naturalmente —él nació en pañales de seda—, y no ve ni oye, ni huele ni hiede a las demás clases; éstas simplemente no existen. ¿Prueba de esto?, ¡todas! Por ejemplo, los ciudadanos pobres que suman el 80 por ciento de la población nacional; los más de 40 mil trabajadores y 20 mil jubilados de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC) que viven en la inopia a causa de la extinción decretada por él; los padres de los 49 niños que murieron quemados en el incendio de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora, cuyos responsables permanecen en la impunidad; los más de 22 mil 700 muertos a causa de su “guerra” contra el narcotráfico donde los civiles “son los menos”, pero incluyen niños, jóvenes, mujeres y hombres inocentes y periodistas, que permanecen en la indiferencia gubernamental; los muertos y presos políticos de Atenco, de la APPO y de San Juan Copala de Oaxaca; la institución informativa MONITOR de José Gutiérrez Vivó, eliminada con la presunta complicidad de la mafia radiofónica; los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, abandonados a causa de la incapacidad para obtener acuerdos en su beneficio; etcétera, etcétera…

Ah!, pero secuestran, perdón, desaparecen al gato de angora Diego Fernández de Cevallos y se moviliza a todas las policías y ejércitos para “peinar” y rastrear palmo a palmo el paradero del gran “amigo” de quien, por cierto, continúan las especulaciones y hasta se sospecha que pueda ser un vulgar distractor sobre las investigaciones periodísticas de la fortuna de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública y especialista en montajes escenográficos (caso Florence Cassez y otros)…, o que esté ya muerto.

Naturalmente, no pertenecen a esta clase las centenas de desaparecidos de Jalisco, Guanajuato, Veracruz, Tamaulipas, Durango, Estado de México; Los Ángeles, California; y de los municipios de Parras, Saltillo, Torreón y Matamoros, Coahuila, a manos de los narcos o de los militares. Las familias de estos desaparecidos se han manifestado frente al Palacio Nacional, sin que nadie les haga caso. No tienen influencias en las televisoras ni en el Senado ni en el gobierno y sólo con pancartas o a gritos tratan de hacerse escuchar clamando investigación y justicia sin conseguirlo. “Hemos pedido apoyo a la PGR, a la SIEDO, a los gobiernos estatales, a Tv Azteca y a Televisa y nos traen a puras vueltas”, dicen los familiares de los desaparecidos.

¡Qué clase de… gobernantes tenemos!!!
Escuche la entrevista de Carmen Aristegui a José de Jesús Esparza sobre el secuestro de familias en Durango. Dar clic en la liga:
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